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Francisco Velasco. Abogado e historiador

INMIGRANTES

 

La señora Uriarte no es una persona mala. Válgame dios. Lo que sí es una política con una mala leche inadmisible. Eso de considerar inmigrantes a los españoles adolescentes que viven en el País vasco, es, de entrada, una mentira y, de salida, una canallada. Ni a efectos lingüísticos ni a efectos sociopáticos, se puede decir tamaña barbaridad.

 

Tratar a los españoles como extranjeros dentro de España constituye una indecencia psicopática o una paranoia indecente. A elegir.

 

Uno sabe que la provocación forma parte de la guerra de guerrillas, y no precisamente dialéctica, que pretende echar del territorio patrio al invasor. El victimismo de los hombres y mujeres afectados por el síndrome imaginario del Estocolmo danés resulta tan peregrino e insulso como atribuir al capitalismo la fuente de todos los males de la sociedad.

 

Las actitudes secesionistas  de vascos y catalanes persiguen una respuesta violenta del gobierno de España. Respuesta que no debe producirse por esos conductos. Respuesta, sin embargo, que requiere un componente de compensación del insulto por el argumento fundado. Respuesta que ha de pasar por la necesaria confrontación del litigio ante los tribunales. Respuesta que no se puede demorar hasta la náusea, so pena de que los valientes gudaris de la nada confundan la prudencia de los ciudadanos de España con cobardía. Y por ahí, no.

 

La política polvorienta de templar gaitas y de mirar a otro lado ha provocado unos lodos intransitables. O se pone punto y final, por la vía pacífica pero legal, a estos desprecios inasumibles o mañana mismo las fuerzas nacionalistas de País Vasco y Cataluña aterrizan en Madrid para dejarnos su sello de poder. Al menos, que se recuerde a la señora Uriarte que, a falta de otros méritos, se lea la definición de inmigrante.

 

Ella no lo es. Mientras España sea España.

 

Un saludo.

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