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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL EXPOLIO

EL EXPOLIO

 

 Así se llama a una de las obras cumbre de El Greco. El expolio. La multitud enloquecida arrebata a Cristo su ropa. Si tienen la oportunidad, observen el cuadro. A través de Internet aunque sea. Sobrecoge. La imagen nos deja sin aliento. Se despoja con violencia y con iniquidad. Al hijo del hombre. Al Hijo de Dios.

 

Andalucía. El expolio. El despojo. Una chusma de mangantes le ha arrancado su vestido. Le han extirpado su corazón. Han desraízado sus principios. La desencajaron. Descuajaron su naturaleza. La desposeyeron de sus bienes. Andalucía. El expolio. Treinta años de democracia no tienen la culpa. Mentira. La democracia no roba. La culpa la tienen los canallas que hicieron del sistema democrático un régimen fascista. La recriminación, a los desvergonzados que convirtieron a la Junta en un prostíbulo. La censura, para los criminales que asesinaron la confianza del pueblo andaluz.

 

A nuestra Comunidad la han dejado como a un Cristo. Los pilatos y los centuriones, los judíos y los palestinos. Los que actuaron y los que omitieron. Los romanos colonizadores y los fariseos independentistas. Los que debimos socorrer y decidimos callar. Es la hora de la rectificación. No es momento del ojo por ojo y del diente por diente. Nada de venganzas inútiles. Toda la pasión ha de volcarse en soluciones. Sólidas y justas. Responsables de respuesta fáctica. En el marco de transparencia que genere confianza y haga florecer expectativas de optimismo. Desde la base de la verdad del desaguisado. Luz y taquígrafos. Sin prepotencia. Lo que no empece la firmeza de la actuación legal.

 

Malas consejeras las demoras injustificadas. Desde los titulares de las Consejerías a los Jefes de servicio de las Delegaciones provinciales, a la calle. Un día más de permanencia en el puesto, puñalada a la voluntad de cambio. Todos los cargos políticos, incluidos los mandos intermedios, a Sierra Morena. La limpia, rápida y con pulso. La profundidad del pozo ciego se equipara a los gases letales que desprende. La sociedad cooperará con el nuevo Gobierno en la medida que se cerciore de sus buenas intenciones. Todos estarán dispuestos a apretarse la correa dos orificios más si el sacrificio nos devuelve al estado de bienestar que los griñanes gañanes y los chaves nepotes nos birlaron. Los ciudadanos secundaremos las propuestas que se dirijan a desmantelar administraciones paralelas, a retirar subvenciones innecesarias a sindicatos jumentos y a empresarios muleros. El pueblo necesita silencio para pensar. Y ejemplos a seguir. Rectitud gobernante.

 

El nuevo verbo ha de conjugarse, frente al expolio, por la primera de reintegrar, por la segunda de devolver y por la tercera de restituir. Reintegrar lo que nos robaron mediante violencia y engaño. Devolver el producto del atraco a miedo armado. Restituir la dignidad de aquellos a quienes defraudaron.

 

Si Arenas consigue, por fin, la mayoría absoluta el próximo domingo, 25 de marzo de dos mil doce, anoten la fecha histórica, tiene por delante una tarea de campeonato. A partir del día siguiente, todo su afán debe concretarse en un pensamiento -regeneración- y en una acción- regenerar-. A este fin, el pacto social. Ojo. Pacto social en su sentido más amplio. No con las formaciones empresariales y sindicales, que también. Pacto social con los andaluces. Para que nos levantemos de una vez por todas y reclamemos la tierra limpia que llenaron de cenizas y exijamos la libertad que pisaron con las botas claveteadas de los dictadores.

 

Dios perdona. Los seres humanos, también. Siempre que haya arrepentimiento, contrición, perdón por las fechorías, propósito de enmienda y voluntad de construir. La paz no se gana con la rendición. La paz es fruto del entendimiento. Y al buen entendedor, ya saben.

 

Un saludo.

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