VÁYASE SEÑOR DE LA CHICA
Ya sé, ya sé. Ya sé cómo está la Consejería de Empleo. Pues anda que la de Hacienda. Lo que no se advierte es el eco de la de Educación. No es culpa del actual consejero, el señor De la Chica. Que viene de muy atrás. Les recuerdo mis artículos sobre las historias pezzianas o mis diatribas acerca de doña Cándida. Sea como fuere, y acaso sea por lo de la gota que colma el vaso, los últimos años han sido de caóticos a la gorda.
Es tal la confusión y grave el desconcierto que los profesores no saben si van o vienen. De modo especial, las pugnas por derechos entre funcionarios de carrera y funcionarios de empleo. Si éramos pocos, parió la abuela. El penúltimo conflicto nos lo trae la división entre los propios interinos. Uno se sorprende de pocas cosas a esta edad de su vida. De lo que concierne a la política educativa en Andalucía, les aseguro que me espero lo peor. No tengo más que observar que en Huelva, durante los últimos veinte años, el verdadero mandamás, el poder real, nunca fue detentado por el Delegado de turno. Ni hablar. Todos los hilos estaban, y están, en manos del secretario provincial. Mérito o astucia de este funcionario tan cercano al Partido como demérito y falta de aptitud en los nombrados al frente de tan alta función.
Siguiendo la línea trazada por Huelva, un profesor de Instituto, muy ligado a nuestra ciudad e implicado en un escabroso y público asunto de enchufismo, fue elevado a los altares de la Dirección General de Recursos Humanos de la Consejería de Educación. Desde ese fatídico nombramiento hasta la fecha, la bola ha rodado pendiente abajo hasta provocar una gran avalancha de meteduras de pata y alguna entrada de mano. Con este señor en tan crucial puesto directivo, la mala suerte está echada. No porque el hombre sea gafe, ya quisiera tener ese don, sino porque no le ha cogido la manija al mecanismo. Demasiado complicado para su masa gris.
Se encuentra metido en todos los perejiles. Los juzgados de lo contencioso han visto y escuchado la estrechez de sus entendederas y lo escuchimizado de sus argumentos. Menos mal la tropa de abogados de que se vale, que si no otro gallo le hubiera cantado al docente metido a concejal de la nada y a directivo del cero patatero.
El último obsequio que nos entrega el ínclito político, perito en dedazos, ha sido la publicación de las bolsas de trabajo del cuerpo de maestros. Un juez de Sevilla ha mandado al pairo su resolucioón al respecto. Hala. Suspendida cautelarmente. Nueva reprobación a tan peregrino como taimado personaje. La cautela impedirá, en opinión fundada del magistrado, una discriminación entre profesores según se situaran en la relación de servicios anterior al año 2010, o con posterioridad a ésta. En otros términos, la dicotomía entre experiencia profesional y nota de la oposición.
El Director General de (indi)Gestión de recursos humanos es corresponsable del Decreto 302. A causa del mismo se establecieron dos bolsas de interinos. Olé moreno. La injusticia, aparte de la ilegalidad, es evidente. Claro que como la igualdad para los psoecialistas del dedo es un lujo imposible, practican la diferenciación con un afán insuperable. Los abogados del prenda apelarán la medida judicial. Lo mismo acaban llevándose el gato al agua. Pero la inseguridad jurídica no se la salta un galgo. Ya les digo, con estos señores en lugares tan esenciales, difícil es que Torretriana no se desplome sobre sus habitantes.
Váyase, señor De la Chica. Aunque el Psoe gane las autonómicas. Llévese -aproveche- al Director de Recursos Deshumanizados. Déjelo un tiempo por Granada. Para que descanse el hombre y no idee nueva barbaridades.
Un saludo.
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