LA CERCANÍA DE IU AL PP
De guasa. La expresión es mona. De mona lista. El más tonto hace relojes. Las encuestas otorgan al PP la mayoría absoluta en Andalucía. Por eso, así como el que no quiere la cosa, Mario Jiménez, el cotorro mayor del reino, echa balones fuera. Se hace la víctima y proclama su desconsuelo por el abandono de los de Valderas. Pena, penita, pena. Desamparados los muchachitos del tebeo psoecialista. Ni perrIUto que les ladre. Están, hablando de pulgarcitos, como Carpanta. Tienen un hambre que si les quitan el pollo asado andaluz, se comen los codos.
Desconcierta, que algo queda. Miente, que una más, santotomás, no se entera nadie. Para ahondar en su recién estrenado papel de orfandad lacrimosa, Mario Jiménez dice que de pactar con los de Valderas, ni mijita, que el de Bollullos está más cerca de Arenas que de Griñán. Y tururú. La simple mención de una pinza hedionda entre PP e IU disuade a miles de votantes de la derecha. Cómo van a votar anti-Psoe si IU se hace pro-PP. En caso de dudas, a los de Rosa o a los de Pilar. El eterno lema del divide y vencerás. Este Mario no sabrá hacer la o con un canuto pero su lengua es un alfanje.
El onubense de Moguer es perito en enchufes e ingeniero en EREs. Toda una carrera al servicio de sí mismo y de la causa. Por decir, se atreve a contarnos que aspira a lograr mayoría suficiente para gobernar Andalucía. O sea, como si en los últimos treinta años en esta región hubiera mandado Aznar. Y puestos a perseverar en su mendacidad irrepetible, a lo "alfonsoguerra" pero sin la cultura del sevillano, nos pide, aparte de confianza, tranquilidad para que esta tierra de mariasantísima emprenda su camino de recuperación económica y de creación de empleo. Se supera el hombre. De todas formas, el escaño parlamentario le garantiza una continuidad de cuatro años más en el antiguo Hospital de las cinco llagas. Aftas y sangre es lo que nos cuesta el mozo.
No obstante, su discurso jode, con perdón, a las personas decentes. Coge la trompeta y no la toca, no. La tira a la cabeza a ver si nos hace una pitera en la sien y nos deja en el sitio. Afirmar, impávido, que Griñán representa la honestidad, el rigor y la preparación para gobernar, es delito de agresiones mentales. Con un paro que espanta, una deuda que aterroriza, unos funcionarios cabreados, una sanidad que da tumbos, unos alumnos que pasan frio y una justicia empotrada entre miles de legajos y de sentencias sin ejecutar, Mario Jiménez atribuye sensibilidad a Griñán. El hombre es así, cortito en verdades y kilométrico en embustes.
Ventajista y rastrero, deja la baba sobre los cardos borriqueros de la economía patria. Cuando los populares lleguen a la Junta, si llegan, que nadie venda la piel antes de cazarla, van a encontrarse con un escenario espeluznante. Y eso que se han merendado miles de papelitos comprometedores. El Guadalquivir no pasa por Huelva. Ni Huelva se asoma al Guadalquivir. Mario Jiménez sobrevuela Barrameda. Con la misma gracia con que nos regala un aeropuerto fantasma. Con similar mala leche con que nos obsequia varios puentes a Punta Umbría. Con idéntica desvergüenza con que nos ofrece el AVE. En cuanto al desdoble de la nacional a Badajoz por la sierra, nos coloca el timo del toco mocho. Lo penúltimo es que nos endose la carretera a Cádiz por el norte de Doñana. Lo último está por llegar. Piensen alguna quimera del tamaño de un ascensor a la luna y por ahí se engolfa el mensaje.
Lo del Pacto postelectoral entre PP e IU es muy antiguo. Asunto manido. La pérdida del sillón está provocando estragos en las neuronas “dionisíacas” de Mario. Jiménez. Venga, hombre, no desespere. Hable con Chaves. Le ilustrará en añagazas.
Un saludo.
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