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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ERES UGT

Unión General de Trabajadores. Expedientes de Regulación de Empleo. Quien despide es UGT. Los afectados por el despido, los trabajadores de la empresa de Cándido. Oiga, que se van a la calle. Con viento fresco. A ver si alguien se ha creído que el sindicato tiene más miramientos con sus obreros que una empresa cualquiera. Para nada. La patronal sindical se quita de enmedio al personal por menos de una subvención fallida. Pues qué se creían. Por ahora.

A medida que el Gobierno se mantenga firme y se niegue a seguir la senda -que nunca se ha de volver a pisar- de la genuflexión ante las dos grandes centrales, Méndez y Toxo van a recortar más que todos los afiliados a la CEOE. Hoy despiden a sus trabajadores externos. Qué harán mañana cuando se les cierre el grifo de los miles de liberados. Y qué pasados dos días si las subvenciones se reducen a la mitad. Y qué dentro de tres semanas si la Ministra del Ramo les retira el chollo de los cursos de formación. La que se puede armar.

Sin embargo, a poco que la señora Báñez muestre temple y el ministro Fernández disponga la seguridad con firmeza y respeto, las reivindicaciones serán tan huecas como las palabras de Zapatero y las movilizaciones, tan minoritarias como los votantes de Pajín. Tiempo al tiempo. La empresa UGT manda al paro a sus trabajadores. El notición. Se suponía que las cuotas de los afiliados sostenían a la correa de transmisión del Psoe. De igual modo que era sabido que los salarios de los liberados eran abonados por el Estado o por las Autonomías para uso y disfrute de la cúpula sindicalista. En la misma medida que los inmuebles que usufructúan y disfrutan los ugetistas nunca fueron adquiridos con las aportaciones de sus miembros, sino por graciosa donación de los gobiernos de turno.

Uno es acérrimo defensor de los derechos y libertades en general y de los sindicales en particular. Pese a ello, o mejor, precisamente por ello, rechacé en toda época cualquier tipo de conversión de los sindicatos en entes de presión política que se retroalimentan de la acción de los partidos. Con dinero público y libre de salarios, monto yo diez imperios como Zara. Menudo montón de empleos que iba a crear. Reducía el paro a la nada.

Para este viaje no se necesitan alforjas. Se resucita la esclavitud y ni EPA ni leches. Pleno empleo. Sindicatos como UGT escarnecen las leyes y vituperan la justicia. Despedir a sus trabajadores porque han mermado sus ingresos oficiales daña el sentido de la ética y de la estética. Como un patrón cualquiera, lleno de crueldad y carente de escrúpulos. Pues que bien.

Desde mi punto de vista, los liberados de UGT debieran salir a la calle, concentrarse en las puertas de todas sus sedes, airear pancartas, sacar altavoces, corear consignas y reivindicar la inmediata readmisión de sus propios despedidos. Al frente de la manifestación, Méndez y Toxo portarían el macropanfleto principal. Con el siguiente lema: UGT y CC.OO. Maltratan a sus trabajadores. La culpa es de los trabajadores. Y del PP. Junto a ellos, los amiguetes de Almodóvar y demás compañeros de trola, gritando, eso sí con arte declamativo, No a la Guerra de Irak. Aznar, al paredón.

ERES UGT. Se dicen de izquierda. Son pura entelequia. Eres de ser. ERES UGT.

Un saludo.

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