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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ACOSO PROFESIONAL

Los acosadores -presuntos delincuentes revestidos de gente de bien- presionan a sus víctimas hasta la tortura. En general, su malévola acción se produce en un entorno/interno de complicidad y compinchería. Siempre hay gentuza que coopera en esa retorcida asfixia al alma de la persona damnificada. Hay corifeos que se manifiestan con pancartas que piden la cabeza del mártir. Y muchedumbres masivas que hacen de su silencio, un pilatesco lavado de manos. Y autoridades administrativas que intensifican la rueda del suplicio moral y físico. Es la vida, señores y señoras, pero esto no es vida.

 

Cuando alguien se sale del carril que marca el poder, ha de atenerse a las consecuencias de su rebeldía. No importa que pretenda ensanchar el camino para el bien general, ni que trate de elevar la calidad de una obra pública, ni de oponerse al despilfarro de que hace gala la clase dirigente, ni de intentar iluminar las oscuridades reinantes. Da igual. Esa persona distinta y singular se hace Cristo y como él (con minúsculas) padecerá la cruz de su propia personalidad.

 

Este mundo está lleno de pilatillos, de herodíades y de iscariotes. Proliferan como setas. Tan venenosas como la amanita phalloides, se disfrazan de boletus aereus. En tiempos de recesión, aumenta el excedente de estos esporocarpos que crecen en la humedad de los árboles que pueblan terrenos húmedos de baba y faltos de luz.

 

Las callampas psicoactivas humanas no dudan en marginar, evaluar de forma torticera, acusar con falsedad, menspreciar, ningunear, aislar, avasallar y rendir a la seta distinta. Por ello, se la convierte en enemiga. Enemiga a la que se abandona inerme, en la charca fangosa, de la discriminación más atroz. Se atreven a firmar pasquines exigiendo que el boletus pinophilus sea erradicado del lugar. No reclaman que se condecore a una. Exigen que se degrade a otra. Se llame Antoñita o Peperina.

 

Como insista en permanecer allá donde le corresponde, se urge a las compañeras para que se aparten de su lado. Se la coacciona para que se vaya bajo amenaza de degüello. Se la desacredita, se atenta contra su dignidad, se difunden rumores malintencionados, se predica de locura lo que es genialidad, se la grita para intimidarla, se la agrede en foros públicos. Es la enemiga.

 

Ni agua. A la enemiga, ni agua. A los cuatreros los linchaban. Sin proceso ni juicio. Es la decisión de la turbamulta que odia y se deja arrastrar por sus más viles pasiones. Pocos se atreven a defenderla. La apalean sin mazas y la lapidan sin piedras. Su espíritu sufre pero no se resquebraja. La instan a arrojar la toalla mas resiste en su rincón con los segundos del ring. Terminarán acabando con ella. Luego vendrá el llanto y el crujir de dientes. Me repugnan estos sepulcros blanqueados. Me asquean estos reductos de la demagogia más anticristiana. Aborrezco su cobardía. Villanos de corazón y huérfanos de sentimientos.

 

La angustia y la aflicción de la atormentada satisfacen al maltratador y a sus sicarios. Lejos de atribularse, se sienten más hienas que nunca. Fustigan hasta el sacrificio consumado. Después, respiran de alivio y ríen satisfechos. Mobbing. El delito se llama mobbing. No se preocupen. No habrá pruebas. Los jueces mirarán para otro lado. Los verdugos se golpearán el pecho. Así es y así estamos. Y peor que se apunta. A mucho peor.

 

Un saludo.

 

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