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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA ASCAE

 

 La Sgae da asco. El asco de Sgae. Lo que muchos sospechábamos, parece que es una realidad pútrida. Ramoncín, que nunca fue santo de mi devoción, ha dicho que nadie tiene cojones de decir que la SGAE es del PSOE. Clamor silenciado a fuer de miedo a la querella. De ahí la ASCAE. Vomitiva la simulación. Esperpéntica la representación.

 

La comedia de las malas intenciones. Nadie sabe nada y menos quiere saber. Blanco. Omo lava Blanco. Blanco, blanquísimo. Ramoncín haría desaparecer la SGAE, causa acaso no única, de sus ingresos de los últimos años. Neri y Teddy, cojonudos. Dónde van a parar. Claro que ZP no es responsable del calor agosteño. De lo que sí es culpable, es de encender las calefacciones en plena canícula. Lo que sí le es imputable es de eliminar los parasoles que alivian el fuego del verano. El antecesor de Alfreddo en la cúspide del partido es la persona que ordena retirar las mangueras de riego. En vez de procurar el confort, incrementa el malestar. Cuando ha podido detener el latrocinio del canon, se ha fotografiado con los aprovechados. Lejos de acercarse a los consumidores, ha subido el IPC. De todo esto, sí cabe acusar a ZP. Ese hombre que se abraza a las farolas del espectáculo y del histrionismo más tosco.

 

Por Neri, que no san Felipe, mataba Ramoncín. Prospectiva la suya. Genial su capacidad de escudriñar cuando el amigo le llena el bolsillo. Por Teddy y Pompof, el rockero pierde pie porque se ha ido a su casa. Vidente el cantante tertuliano. Estaba dentro del bosque y, como Víctor Manuel, pensaba que era Robin de Sherwood. De joven, cantaba al Caudillo. De mayor, loa al dictador. Ande yo caliente y ríase la gente, que decía Góngora. En esto de los pillos, el veintiuno deja al diecisiete en la infancia. Dónde va a parar la sabihondez de Rubalcaba con la pretendida astucia del conde duque. Nefastos ambos, campeón el galifaisán.

 

Ramoncín es el paradigma de la incoherencia. Se apunta a caballo ganador. Parece músico y hace de comerciante. Ataca Operación Triunfo y del programa de los triunfitos acepta ser jurado. Arte y negocio se funden en la persona del cantautor. Desde luego, en desequilibrada proporción. Le entristecía el apoyo de algunos artistas a los componentes del reality show musical. Triste y solo. Solo se queda Ramón. Qué arte el suyo.

 

Ramoncín o la cólera de Dios. El chaqueteo, como el enchufismo, forma parte del acervo de millones de incoherentes. Inconsecuentes e ilógicos, pero, joder, qué listos. Qué rematada habilidad para nadar y ponerse la ropa de otro bañista. Lo dicho. La SGAE es la ASCAE.

 

Un saludo.

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