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Francisco Velasco. Abogado e historiador

AGONÍA

 

 Los extremos se tocan. Los extremistas se zurran. Los demagogos se la cogen con papel de fumar. El pacifista ZP de la guerra contra Sadam Husseim es, hoy, el belicista que persigue el conflicto armado contra Gadafi, su amigo de manitas recientes. Dictador el iraquí. Dictador el libio. Dictador el español. Se derrite en su propia inanidad. La reviste de solemnidad, eso sí, y la corona con guirnaldas de filantropía. Más falso que un judas. Más visto que un granhermano.

 

El presidente del accidente de Atocha está como niño con zapatos nuevos. Ahora quiere jugar a los soldaditos. Porque sí. Le gusta al hombrecito y no se hable punto. Quién se fía de este señor. Te la clava al menor descuido. Ni un músculo se le contrae después de la clavada. La masacre contra los ciudadanos libios es mucho peor que el genocidio en Irak. Dónde va a parar. Los norteafricanos no pueden resistir la muerte. Los iraquíes, sí. Gadafi es que es mucho más malo que Sadam. Además, la ONU ha resuelto que el niño puede jugar y si papá dice que sí, mamá no dice que no.

 

Así que a jugar. Los juguetes los tiene el Congreso. Los quiero, dice, con voz meliflua. Hay que matar para hacer el bien. Avioncitos, unos cuantos. Y barcos, barcos también. Y gente uniformada de ONG con licencia 007. Queda muy mona, añade la señora Chacón. Huy, presi, qué ilu. Además, Marianín también se apunta y Obama, si le dejamos prime los misiles, también. Y la tonta de Merkel que dice que no quiere saber nada de esta partida. Cómo son los alemanes. Ellos, a ganar dinero para el pueblo. Igualito que nosotros, que se lo quitamos. Toca jugar. En Afganistán, a preservar la paz que no hay. En Libia, a imponer la paz que nunca hubo. La paz.

 

Ahora vamos a ir a París, que mi amiguito Sarkozy nos ha llamado a los más valientes del mundo. Ahora, que no se crea que le voy a prestar los Eurofighter. Por ahí no paso. Están nuevecitos y si rozan a uno, qué. Rota y Morón sí las dejamos. Y los F-18. Algunos buques. Pintaditos y limpios. Que nadie diga que los españoles somos abandonados porque no engrasamos los ejes de la carreta y si a mí me gusta que suenen para qué los quiero engrasados. Lo que quiera Ban Ki Moon, pero los Eurofighter, ni uno, que si no cómo voy a los mítines del partido. O eran los Falcon. Es que no sé, con tanta máquina que vuela, me conduso. Lo que sea, pero que bombardeen bien a los malos de Gadafi. A los malos. A ver si se equivocan. Vamos a poner una media luna a los buenos y una entera a los malos. Así los liquidamos mejor. Le voy a explicar a Barack mi idea. Y si quiere que juguemos un ratito al basket. Le voy a demostrar quién es Gasol.

 

Ay, el petróleo. Nosotros no vamos por el petróleo. Queda poco fino. Vamos a salvar al pueblo del malvado forajido. Voy a dejar a la posteridad el recuerdo de la grandeza de un presidente que se acuerda de su abuelo menos de lo que lo nombra gran parte de los españoles. Hay que demostrar que estoy vivo y coleando. Que lo de la agonía política se refiere a Rubalcaba, a Chaves y a los vejetes estos de la cuerda de Felipe. Si quieren guerra, pos guerra. Bono, tráete un par de reglamentos. Chacón, tú no vienes, que las mujeres no servís para esto. Mientras, anda, ya que estás de pie, un par de cocas y unas patatitas, hija.

 

La agonía de Zapatero se mide en la angustia del moribundo político, en su aflicción extremada por el cargo que le vuela, en la congoja por su conflicto interno, en el ansia vehemente de seguir dando por cul…pa, en su contienda con los sátrapas de su alma que no logra exorcizar. Le sale de dentro al hombre la mala leche. Muy solemne. Pero mala…

 

Un saludo.

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