LA ESTRATEGIA DE CÁNDIDO
Tierra por medio. La dimisión del jefe de la UGT andaluza se llama destitución. Lo levantan del sillón. Igual que Pastrana. Por los mismos hechos y fundamentos. No hay dos sin tres. Don Cándido prepara ya su exilio.
El cachondeo financiero de UGT no se territorializa en las fronteras entre los mares del sur y las montañas del norte. Salta Despeñaperros y se encarama a la meseta basculada al oeste. En Madrid, Méndez agota los postreros discursos de súplica. Poco que hacer. El cómplice en la marranada de las facturas falsas, de los intrusos y de los reptiles, está soltando por la boca. Todo estaba consensuado, se defiende en público Fernández Sevilla. Todo era compartido. Los contenedores no eran estancos. La ósmosis dineraria constituía un modelo de fluidez de pareja bien avenida. Hablo con él más que con mi mujer, subraya el matafascistas.
Por su parte, el barbado sindicalista del entramado estatal guarda silencio. Es preferible callar. Por el momento. A expensas de alguna coartada de cuernos. La pareja despechada se convierte en foco de deslumbramiento. Por lo pronto, ya se encendió el faro que muestra que la organización nacional ugetista cobró unos cien millones de pesetas por el negociete familiar de los expedientes de regulación. Eso sí, a través de empresas interpuestas para simular que el sindicato no tiene ánimo de lucro.
Atención a los amantes. La nada extraña pareja se mueve en la tierra resbaladiza de los queridos y de las queridas. La ruptura del amor es consecuencia del desafecto pero también de las fotos de los paparazzis. Mantener una relación de este calibre exige grandes sumas de dinero. Si con las cuotas de los afiliados no tienen ni para un hostal, cómo carallo pueden alojarse en hoteles de cinco estrellas y gran lujo. Existe un tercero. La Junta de Andalucía lo es. Pero no el único. Connivencia clarísima, afirma sin rubor Carlos Rojas. Que expliquen, si no, la concesión de subvenciones a troche y moche sin necesidad de justificación. Tiempo al tiempo. A la vez que reclaman el dinero malversado, concederán nuevas ayudas extraordinarias a la correa de transmisión del partido. Las organizaciones suelen rodearse de fuertes medidas de seguridad. Estilo mafia.
La casa del pueblo nunca fue barrio sésamo. Pero vendieron el programa. La necesidad de amparo mediático les hizo recurrir al huésped de Izquierda Unida. Juntos y revueltos tocan a rebato las excelencias de una ideología desprestigiada por la mano de unos cuantos aprovechados. Ante la pasividad de la militancia, eso sí.
Porque, como dice el dimisionario despedido, a la juez Alaya no le van a hacer el trabajo. Debe ser duro. Muy duro. Figurar durante años como adalid de la decencia y, de pronto, por mor de la vanidad y de la ambición, ser retratado en el burdel de los pecados y delitos más abyectos. Sic transit gloria mundi.
Nadie, absolutamente nadie, está libre de caer en la misma trampa. Nadie. Aprendamos otras estrategias, distintas a las de Cándido. Por cierto, Bárcenas, Correa, Blesa, Conde o Díaz Ferrán han pisado la trena. Todos ellos, del mundo empresarial. Lo de las barbas del vecino...
Un saludo.
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