LA MAGINOT DEL PSOE
Media este agosto de temperaturas infames. Media en el tiempo. Arde en el calor. La prensa local se relame las heridas de la carcunda de noticias. Sin embargo, la falta de viento preludia un cambio de dirección. Septiembre abre las carnes del otoño más tórrido de los últimos veinte años.
Los medios adictos al poder afilan las lenguas mercenarias. No conozco uno solo entre ellos que desdeñe las dádivas en forma de subvenciones que otorga la seño Petronila. Televisiones, radios y periódicos se ponen firmes ante el “ar” de Mario. Forman la primera línea Maginot de la estrategia por las municipales.
En segunda fila de la red defensiva ideada por el Pétain Barrero, las instituciones locales. Diputación se pone al frente de ayuntamientos, mancomunidades, onegés gubernamentales y otras entidades del bote. Mucho dinero. Si la de Beturia no tiene, allá va el dribling asimétrico de Guerrero. Si falta la pasta, se acabó la película.
La Junta de la Nada que preside Griñán, ocupa posiciones más fortificadas. La deuda heredada del patricio Chaves es una pesada losa. Pese a todo, treinta años dejan huella. La experiencia de la buena palabra y de la mala acción ha sido advertida por los votantes.
El centro de acción se sitúa en La Moncloa. Allí se recluyen los Zapatero, Blanco, Aído y otros reputados carniceros de los valores de la madre patria. Los duros que despilfarraron son las pesetas que sacan de las vacías bolsas de los contribuyentes honrados.
Todo el mundo sabe cómo acabó la Maginot. El que fuera ministro de defensa de Francia halla su correlato en la catalanista Chacón. Patriota errado el primero, española “por huebos” la segunda. La línea saltó hecha pedazos. En un pispás. Trizas.
Bastaba conocer sus defectos de diseño y de construcción. En Huelva, el paro sigue al alza. La economía, a la baja. La educación y la sanidad reptan. La industria palidece. Las empresas cierran. Los Astilleros y Tubespas sufren traiciones de falsos compromisos de antaño. Puentes quiméricos. AVEs sin alas. Estaciones que ni siquiera apean. Carretera serrana imposible. Aeroqué. Enchufes, acá. Corrupciones, acullá. Bien pensado, la Maginot del PSOE es la Sigfrido. La línea fascista de borlones democráticos disfrazada.
Los electores pueden meditar. En su momento, votar. Esta línea es un revuelto. De hiel. De destrucción.
Un saludo.
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