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Francisco Velasco. Abogado e historiador

FERRAGOSTO

Agosto de hierro. Feria de Augusto. Asunción de la Virgen. Culmen del trabajo campesino. Eso es el ferragosto italiano. Siempre una fiesta en tiempo de vacaciones. Agosto cierra su ciclo en este año dos mil diez. La fiesta estival va a dar paso al otoñal tiempo. La caída de la hoja naturaliza la caida del pelo a quienes han hecho mal sus tareas. Los exámenes de septiembre darán fe de esta realidad. Después, Dios dirá.

 

Suspenso total en junio, el verano ha sido la cuesta de enero del Gobierno de Zapatero. Pocas veces un colectivo político ha mostrado tantas carencias sin mostrar un ápice de pudor. El fracaso del zangolotino estaba cantado. Muchas cortinas de humo podían impedir, un tiempo, mostrar la cruda realidad de toda una época. El humo puede asfixiar al que lo provoca. Sin embargo, el aire acaba llevándolo lejos. La verdad ajena se puede vender como mentira, pero la mentira propia no permanece como verdad más que un rato. Y entonces...

 

Repasen las asignaturas pendientes de este Gobierno de la señorita Pepis. En verano, el presidente y los dizque ministros se han dedicado a estudiar en el rincón más recóndito de España o del extranjero o, por el contrario, se han tirado a la bartola como si la tarea estuviese superada. Si el ferragosto les ha servido para rectificar su actitud -otra cosa es su competencia-, bienvenidos sean al mundo mortal. Mas si el ferragosto ha sido una más de sus tretas para engañar, septiembre les pasará la factura que han de pagar por su molicie y su inepcia.

 

Para factura, las que pagamos los ciudadanos. Estamos abonando los gastos de una pandilla de inconsecuentes para que estudien en el mejor centro del mundo y, en esta creencia, los muchachotes designados por el dedo inquisidor de Zapatero, se echan al monte de la juerga continuada. Puro engaño. El problema no es el suspenso en una o dos materias. Sería, en ese caso, un mal vencible. La preocupación radica en que no han aprobado ninguna de las asignaturas en que se matricularon. Ni una. Ni las que denominábamos “marías” en nuestra adolescencia. Tienen una cara.

 

Basta leer la prensa del mes. Cuando incluso los medios adictos y subvencionados admiten la gravedad de los temas pendientes y aceptan la cuesta arriba que hay que remontar, se ha de concluir que nos espera un panorama desalentador. Los ministros han sido reprobados por la ciudadanía. En venganza, el señor Pepiño nos amenaza con una nueva subida de impuestos. Para que sepáis lo que es bueno. Suspender a un gobierno psoecialista es tanto como abjurar de la democracia.

 

El calor afecta a las meninges. El factor protección de las cremas solares debe ser muy alto. La ingesta de agua en altas cantidades se recomienda como imprescindible. Con todo, lo que produce más alergia es la sospecha que les enuncio. Durante las vacaciones ferragosteñas, los españoles hemos comprobado cómo, sin Gobierno en activo, las soluciones se han hallado. El obstáculo se alzará metros una vez el Gobierno pasivo vuelva a hacer acto de presencia en la vida política. El temor radica en que, reincorporado el Gabinete zapateril, el laberinto se apodere de la escena y, en vez de remedios, se dicten componendas.

 

Se ofrece una colecta para seguir remunerando a los Zapatero´s boys and girls unas vacaciones vitalicias. Yo pongo tanto. ¿Y ustedes?

 

Un saludo.

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