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Francisco Velasco. Abogado e historiador

BARRERA BARRERO

Decía Nebrija: "Lingua imperium est". No acuñó la idea, sin embargo, nuestro compatriota. Sócrates consideró la mayéutica como la palabra que alumbra la enseñanza. Aunque, a veces, el verbo sea una azagaya envenenada. Javier Barrero sabe algo de esto. Su actitud política no sólo genera recelo y desconfianza. Va más allá. Su actividad pública contribuye a enrarecer la bruma. Es la antítesis, en cuanto a belleza, del “Gran Ferrocarril del Oeste”que creara Turner. Vapor y niebla. La máquina marcha pero no sabe por dónde ni cuál es su destino.

 

Barrero es una barrera al progreso social, un muro de contención a la marea democrática, un parapeto a la luz, un vallado de opacidad. Barrero es el señor del gran poder que ha venido a Huelva para manifestar al vasallaje que ni una hoja se mueve sin su permiso. El Jardín de las Delicias que pintara El Bosco nos prevenía sobre las soledades, las imperfecciones y la ausencia de moralidad. Barrero descompone el socialismo obrero en el ácido adjetivo de parados a millones y en la utopía mentirosa del sustantivo más fascista.

 

Judas siempre acecha en el rincón, se agazapa en la oscuridad, el cuchillo a la mano prendido y la navaja adherida a la lengua infame. La traición se materializa en los renegados que en el mundo son. Dante Alighieri decía, en su “Divina Comedia”, que la traición era el máximo pecado que se pueda cometer y que, por ello, merecía la peor de las condenas. El traidor se hace reo de ser devorado por el mismo Satán. Salvo que el traidor sea el mismo demonio.

 

Se las da de izquierda comprometida. Pura entelequia. Barrero, el rico, no ve más allá del horizonte de un bolsillo que le repiquetea y, como defienden los behavioristas, babea cuando escucha la campana del dueño Zapatero que desembolsa monedas conductistas. Con todo, ha erigido un tinglado falaz tan corroído como extendido. Muchos quieren demolerlo. No pueden. La mano del poder es, como su mala sombra, alargada. Como la expresión mafiosa: “ojo, es de los nuestros”.

 

El frentepopulismo de Barrero es el peor de los estilos, la más nefasta de las decisiones. Un ejemplo a no seguir. Una empalizada a derribar. Una barrera a abatir. Barrero, barrera. Barrero, el pobre, rico. Que presente su candidatura a la alcaldía. Calibraremos la fuerza del mal político.

 

Un saludo.

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