DÓNDE VA ESPAÑA
Dónde. Uno mira la prensa de los dos últimos años. ¿Qué ve? Crisis. Uno se detiene en las noticias locales. ¿Qué lee? Conflictos. Se acerca a la sección de Nacional. ¿Y qué? Horrores. ¿En la de Economía? Abismo. ¿En Sociedad? El averno. ¿Acaso la Política? Caos. ¿Entonces? El corazón. La salsa rosa y el fútbol no nos salvan del agujero negro. En absoluto. Pero nos reducen la miseria a un escenario muy chiquitito. En él se reproducen, sí, las heridas purulentas del mundo real. De esa manera, parece como si nos sometieran a una terapia de choque. No nos pasa a nosotros. Sólo ocurre entre los famosos. Los chismes, las peleas, las ofensas, los malos rollos, se suceden. Mas no los protagonizamos. Es un mundo de ficción. Es el universo virtual. No es tangible. La pantalla de la televisión acolchona el impacto. Y sin embargo, creemos lo que nos conviene. Sabemos que es una escapada. Hacia lo más recóndito de nuestro interior porque la hez externa nos asfixia. Lejos de limpiar el monte, amontonamos en él leña y trapos sucios. Acumulamos combustible para lograr un incendio más voraz. Los guardas forestales se inhiben. Los ayuntamientos, atrapados en sus deudas y descubiertos. Las diputaciones, nidos de rapaces. En las autonomías, cocido caliente para unos cuantos. ¿Y el Gobierno? El gobierno, Zapatero. Las prestaciones sociales, en tenguerengue. Educación y sanidad, caminito de Cuba. La agricultura, hibernada. La industria, en descenso vertical. Desempleo rencoroso. Bolsa que repica. Expectativas, lejanas como los tambores. Vendavales independentistas. Justicia cobarde. Tribunales perdidos. ¿Regeneración? Como la del 98. Palabras al viento. Pobreza que avanza. Más desigualdad. Más. Prensa que calienta pero no quema. Opiniones que ondean mercenarias al viento del mejor postor. Políticos, empalados en la estaca de su irresponsabilidad. Ciudadanos que hallan consuelo, y sopor, en la caja lista. ¿Y el Gobierno? Zapatero. Las relaciones internacionales, en franca retirada. Dejación. Incluso abdicación de nuestra soberanía. La Cuba castrista nos chulea. Chávez amenaza. Los piratas chantajean. Al Qaida extorsiona. El sultán se aprovecha. Francia nos sonroja. Alemania nos desnuda. Grecia ofrece su espejo. Letonia disputa el triste liderazgo del paro. Estados Unidos, Obama. Líbano. Afganistán. Muertos. ¿Y la presidencia europea? Zapatero. ¿Y el Gobierno? Zapatero. Nos acostumbramos a vivir en la intemperie. La corrupción alcanza categoría de normalidad. La inseguridad social se aposenta como un miembro más de la diaria rutina. Los valores morales y los principios éticos, disueltos como azucarillo en aguardiente. Las leyes, pasto de reglamentos enredadores. Y éstos, víctimas de instrucciones no escritas. Legislación que no norma y normas que no legislan. Por cierto, si piensan que Zapatero no volverá a negociar con ETA, yerran. Los eguiguren y los rubalcabas siguen pensando en y con los otegis. El presidente narciso no gobierna, no. Ahora, es capaz de hacer trizas el país, con tal de colgarse una medalla. Aunque sea de hojalata. De hojalata dorada, eso sí. Si la nación está descuajaringada, el Estado se va a la santa puñeta. No sabemos localizar geográficamente la puñeta. Pero allí se va España. A dónde vas España. Zapatero. Un saludo.
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