LA FISCALÍA DE CHAVES
"Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas". (Bacon, siglo XVI).
El señor Chaves, don Manuel, es vicepresidente tercero del Gobierno de España. Desde hace poco como tal figura en el organigrama gubernamental diseñado por el señor Zapatero. Hace más de dos décadas, ocupó asimismo la cartera de Trabajo como ministro de Felipe González. Entre ambos períodos y entre ambos altísimos cargos, el señor Chaves desempeñó la presidencia de la Junta de Andalucía. Más de 20 años al frente de esta Comunidad Autónoma. Tanto tiempo que hasta los niños creían que él era el rey de los andaluces. Grabado a fuego: rey.
El escándalo del caso MATSA pudo propiciar su "abdicación" inesperada y su inmediato enroque en la guardia pretoriana de ZP. La concesión de una subvención multimillonaria a la empresa apoderada por su hija, olía que apestaba. Las denuncias administrativas interpuestas fueron rechazadas o sujetas al silencio administrativo. Quién es el guapo de la Administración que se atreve a enjuiciar la actuación de un señor nominado como rey y no precisamente monarca parlamentario.
Este articulista interpuso una denuncia en este sentido. No ha habido respuesta. Al contenido de la misma pueden tener acceso, lectores, en este mismo blog. EN NOMBRE DEL DERECHO A LA IGUALDAD, DENUNCIO, se titulaba el artículo que publiqué el pasado mes de julio.
Ahora, la Fiscalía pide el archivo de la querella que interpuso el Partido Popular. Lo solicita el Ministerio Público. Así. Ni más ni menos. Uno confía en la Justicia española y, cómo no, en la Fiscalía. Sin embargo, pese a esta confianza, este articulista se rebela contra las diligencias investigativas que realizan algunos de los fiscales. Pedir informes a la Junta de Andalucía en torno al tema es como pedir a los Albertos que declaren contra ellos mismos. La identificación Chaves-Junta de Andalucía es tan fuerte como evidente. En cuyo caso, nadie va a declarar lo que pueda causar un perjuicio propio.
En consecuencia, la investigación de la Fiscalía no puede quedarse en ese escalón. Se impone, en aras de escudriñar los entresijos de la plúmbea maquinaria administrativa, una investigación judicial alentada por las partes querellantes. Si se quiere hallar la verdad, no cabe otra opción. Mas si lo que se pretende es sepultar el problema en el sueño de los inocentes, entonces no hay más que hablar. La ley del aborto se trasladaría al terreno judicial.
Quien a ustedes se dirige, aportaba como pilares de su denuncia dos argumentos principales. Uno, el cumplimiento de la ley de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas. Manifestaba entonces y reitero ahora que, a veces, se funciona como una mafia, privilegiando a algunos y represaliando a otros, incluso en las personas de sus familiares. Otro, la doctrina de la Fiscalía acerca del tema en cuestión. Desde el punto de vista de este suscribiente, el caso MATSA se ajusta a ella como anillo al dedo.
Nada que hacer. Chaves es mucho Chaves. El señor Pumpido es mucho Fiscal General del Gobierno, digo del Estado. Hay mucha toga arrastrada por el polvo. ¿O era por el barro? ¿Por el fango? Dudas. Inseguridades. Recelos. Refería Borges que la duda es uno de los nombres de la inteligencia. Tan carece de duda el Ministerio Público, que solicita el archivo. Inteligencia, no sé. Listeza, tela. Sagacidad, la tira. Astucia, un montón.
El escándalo del caso MATSA pudo propiciar su "abdicación" inesperada y su inmediato enroque en la guardia pretoriana de ZP. La concesión de una subvención multimillonaria a la empresa apoderada por su hija, olía que apestaba. Las denuncias administrativas interpuestas fueron rechazadas o sujetas al silencio administrativo. Quién es el guapo de la Administración que se atreve a enjuiciar la actuación de un señor nominado como rey y no precisamente monarca parlamentario.
Este articulista interpuso una denuncia en este sentido. No ha habido respuesta. Al contenido de la misma pueden tener acceso, lectores, en este mismo blog. EN NOMBRE DEL DERECHO A LA IGUALDAD, DENUNCIO, se titulaba el artículo que publiqué el pasado mes de julio.
Ahora, la Fiscalía pide el archivo de la querella que interpuso el Partido Popular. Lo solicita el Ministerio Público. Así. Ni más ni menos. Uno confía en la Justicia española y, cómo no, en la Fiscalía. Sin embargo, pese a esta confianza, este articulista se rebela contra las diligencias investigativas que realizan algunos de los fiscales. Pedir informes a la Junta de Andalucía en torno al tema es como pedir a los Albertos que declaren contra ellos mismos. La identificación Chaves-Junta de Andalucía es tan fuerte como evidente. En cuyo caso, nadie va a declarar lo que pueda causar un perjuicio propio.
En consecuencia, la investigación de la Fiscalía no puede quedarse en ese escalón. Se impone, en aras de escudriñar los entresijos de la plúmbea maquinaria administrativa, una investigación judicial alentada por las partes querellantes. Si se quiere hallar la verdad, no cabe otra opción. Mas si lo que se pretende es sepultar el problema en el sueño de los inocentes, entonces no hay más que hablar. La ley del aborto se trasladaría al terreno judicial.
Quien a ustedes se dirige, aportaba como pilares de su denuncia dos argumentos principales. Uno, el cumplimiento de la ley de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas. Manifestaba entonces y reitero ahora que, a veces, se funciona como una mafia, privilegiando a algunos y represaliando a otros, incluso en las personas de sus familiares. Otro, la doctrina de la Fiscalía acerca del tema en cuestión. Desde el punto de vista de este suscribiente, el caso MATSA se ajusta a ella como anillo al dedo.
Nada que hacer. Chaves es mucho Chaves. El señor Pumpido es mucho Fiscal General del Gobierno, digo del Estado. Hay mucha toga arrastrada por el polvo. ¿O era por el barro? ¿Por el fango? Dudas. Inseguridades. Recelos. Refería Borges que la duda es uno de los nombres de la inteligencia. Tan carece de duda el Ministerio Público, que solicita el archivo. Inteligencia, no sé. Listeza, tela. Sagacidad, la tira. Astucia, un montón.
Un saludo.
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