MÁS PARO. Y EL QUE TE RONDARÉ...
No quiero entrar en disquisiciones políticas. Me niego, hoy, a fundamentar mi pronóstico de males venideros de mayor calado. Me basta con llamar a las conciencias de los que pueden paliar el tema y se tocan las narices. Cada trabajador que pierde su puesto de trabajo es una puñalada en el corazón de esa familia y de la propia sociedad. A partir de ahora, vivirá de su derecho al subsidio o de la concesión a la limosna o de la dádiva del aguinaldo. Justicia, pido, que no caridad. Caridad, que no falte. Pero antes, justicia. Y sobre todo, justicia.
Érase un hombre a una nariz pegado, versificaba el impar Francisco de Quevedo. Es un Gobierno a la demagogia suscrito, medio plagia al genio barroco este articulista.
¡Qué pena! ¡Y peor es que no serán los últimos! Gobierno a la demagogia más infame adscrito.
Un saludo.
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