QUE NO, VIERA, QUE NO
Viera. José Antonio. Fue profesor. Hace treinta años que abandonó tal desempeño. El hombre se afilió al Partido y, ya saben, por la ideología, se desprende de su vocación serena e ingresa en la orden de la santa mangancia. Desde 1983, el hombre ha dedicado su vida y su salud a las Consejerías de (mala)Educación, de (dura)Gobernación y de (des)Empleo. Ruda carrera. A fe que el caballero debe estar agotado de tan arduas actividades públicas. Lo que hace la fe y lo que reporta la vergüenza. Incalculable.
Que él está involucrado en el fraude de los EREs, él, viva imagen del minarete almohade de Sevilla. Anda ya. Me cuentan que la pasada semana se fue a rumiar su disgusto por tan injusta acusación, a un restaurante de postín de la capital de Andalucía. Ya saben, las penas con pan, son menos. Se lava las manos. Pone a remojar las lenguas de los demás. Ni trama ni drama. Todo es legal. La juez y la policía no saben de qué hablan. Ni con quien se la juegan. Le sale de las entrañas el alma fascista que le acompaña desde su adolescencia y, voto a bríos, que fusila al amanecer.
Vamos a ver, dice iracundo el Reichskanzler. Prestemos atención, ordena entre colérico y furioso. Lo diré una vez más. Será la última. Aquí nadie se ha quedado con setecientos millones de euros. Nadie. El Psoe no tiene fondo de reptiles. Fondo de caridad, sí. Reptiles, también, pero constriñen lo justo. Sin embargo, fondo de reptiles, no. Bajo ningún concepto. El dinero se guardaba para agilizar las ayudas a los pobres parados. El Psoecialismo es la patria del paro y del para... “los nuestros” Si se ha colado algún prejubilado en cualquier ERE, es por error. Claro, con tanto cierre patronal, quién no se equivoca y comete alguna errata. La de impactos laborales dramáticos que ha evitado el ínclito desertor de la tiza. La de suspensos que ha sorteado al alejarse, contrito, de la docencia. Todo entrega al prójimo. Eso es Viera. Como Juan Guerra. Igualico. Dos gotas de agua.
En cuanto a Guerrero, subordinado en la campaña masiva de desempleados que acomete con simpar eficacia nuestro héroe juntero, fue un magnífico Director General de Trabajo. He dicho, apostilló el hombre al término de una de sus declaraciones públicas de inocente presunto como el jamón cocido portugués. Presunto como antinomia del ibérico. Por otra parte, matiza con la severidad del asceta pillado ante pantagruélica cena, Guerrero se refería a fondo de apuros. Por si algún paradillo/paradilla se quedaba sin cuartos para un chato y se le acercaba un par de billetes al bolsillo. Hacienda lo sabía, que conste. Porque Hacienda somos todos y todos han elegido democráticamente a Chaves presidente de la arrecogía de santa maría de Paula Matsa.
Los informes vinculantes se los pasa por la entrepierna cuando de arrimar un sostén a la prójima y al prójimo se trata. Los no vinculantes, ni siquiera se miran. Todo lo que yo hago es legal, ¿passa algo? Y a mi cuñado, ni tocarlo, que la familia es sagrada y don Alfreddo está detrás. Lo de Cuerotex explica la desnudez de su pariente y la piel del reptil que sale por entre sus dientes de marfil.
Si Viera sigue en su cargo, yo me sé por qué. Lo que puede soltar ese hombre que miente tan mal y conserva tan bien. Chaves y González andan con el paladar ardiente. Ajo y agua ya no anuncian los a joderse y a aguantarse. La modernidad nos trae una gracieta más funky: rajo al que me agua la fiesta. Qué carácter.
La convención municipal de Sevilla ha colocado la guillotina en lugar visible. La cabeza de algunos pende de un chivatazo. De Viera o de su porquero. No vayan a pensar que el desliz comienza en el muchachito y termina en Recio. Ni por un momento. La pringue está cercando a más de un Griñán y de dos Zarrías. Lo que llega a manchar la manteca suelta. Así que, señor Viera, déjese de ostras, que sus EREs ensucian más que el chapapote del Prestige. Vd. Viera, es el Desprestige.
Un saludo.
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