MENSAJE A LOS RE/DE/GENERADORES
La riqueza del castellano no admite dudas. Posee un léxico asombroso, preñado de significaciones. La propiedad del lenguaje debe hacer honor a esa riqueza. De ahí que me esfuerce en trasladar un mensaje congruente con lo que digo.
Generar se define como producir, como causar algo y, también, como procrear, esto es, engendrar o multiplicar una especie. Si a ese infinitivo le añadimos un par de prefijos, lo colmaremos de joyas semánticas que realzarán su contenido. Pongamos, por ejemplo, el prefijo “re”. El resultado es espectacular. Hemos transformado un concepto positivo, el de engendrar o producir, en una historia superada de sucesos reprobables. Así, viene a decirnos que regenerar es restablecer o mejorar algo. En cuyo caso, regresamos al origen y cambiamos el “re” por el “de”. Nos hacemos, pues, con el término degenerar, cuya definición comporta pérdida de calidad, decaimiento de valores o deterioro funcional y estructural.
Preámbulo excesivamente amplio para un discurso limitado por los caracteres del artículo. Se acepta la autoenmienda pero la entendemos necesaria para el sentido apodíctico de nuestra reflexión.
La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la policía ha redactado un informe por el que denuncia la desviación, por sistema, de fondos públicos por valor de 360 millones de euros. Fondos públicos orientados a cursos de formación para desempleados. Se ha generado un dinero para un fin elogiable pero se ha degenerado el procedimiento de su utilización. Al parecer, uno de los agentes de la degeneración es el señor Ojeda, que fuera consejero de la Junta. El otro agente es, por exigencias del guión, la propia Junta, como responsable de la subvenciones y del seguimiento de las mismas. El generar para bien se tradujo en degenerar. El degenerado no es el adec uado para regenerar. ¿O sí?
Quién maneja estos dineros, quién. En cualquier caso, la autora de esta degeneración es el propio Ejecutivo andaluz. Desde Chaves a Griñán. Susana Díaz no es ajena a la trama, siquiera por meter la cabeza bajo el ala. Degeneración presupuestaria, degeneración institucional, degeneración democrática. La guardiana de los tesoros andaluces ni sabe ni contesta ni se la espera. Mutismo total. Ya saben lo de callar y otorgar.
Y qué se pretende con estos desvíos de millones. Nada más fácil: apropiarse indebidamente de los caudales de los andaluces. Habrá algo más, digo yo. Pues claro, comprar con parte de ese pastizal las voluntades, léase votos, de los habitantes de la Comunidad y garantizar que el partido en el poder de nuestra región pueda seguir chupando del bote y del bótox desde la transición hasta el juicio final.
Si alguien cree que la victoria consecutiva del Psoe en Andalucía durante treinta y tantos años es fruto del buen hacer de la organización y del bienestar social y económico del pueblo, debe hacérselo ver. El triunfo electoral se genera en las zonas no urbanas donde el campesinado recibe las dádivas/limosnas con que socorrer la secular incuria de los caciques de siempre y de los oligarcas de hoy y, en ese fin, se degenera.
Cuanto menos control, mayores y más jugosas tartas a repartir. En la proximidad de las municipales, las subvenciones van a sobrevolar por miles el cielo autonómico. Dª Susana estará pendiente de que cada sobrecito de pasta pública caiga en las manos amigas del regidor de casa. Aparte de engordar el patrimonio privado de unos cuantos golfos, se garantiza la victoria en las urnas que nunca alcanzaría si mostrara el procedimiento a través de enormes y transparentes ventanales de ética, moral y ley.
Pero no. Antes de que comience la regeneración, la degeneración debe seguir excavando el suelo del filón institucional que genera tantos dividendos a los degenerados que nos engañan en nombre de la regeneración imposible.
Así va a ser.
Un saludo.
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