VOX: EXCOMUNIÓN
La iglesia del pontífice Cebrián, máxima dignidad de El País, el periódico que ama al Psoe, ha excomulgado al nuevo partido político. El diario de Prisa se ha apresurado a situar a la formación de Abascal en la capilla derecha del rincón situado más a la diestra del transepto de la catedral de la democracia. Tan a la derecha, que se sale del edificio cubierto y pasa a formar parte de los contrafuertes y arbotantes. Puestos a descalificar, reduce el movimiento nacionalista español a la figura de Blas Piñar. Madre mía, qué desesperado deben estar en el que fuera periódico de Polanco. Sólo falta que le coloquen la escarapela de fascista. Yo creía que el fascista era quien calla a la vox.
En su desbarajuste ideológico/financiero, El País podía haber aludido a las organizaciones separatistas de Cataluña y del País Vasco en posición análoga, pero contraria. No. No se atreve. No sea que se escape algún bombazo y estalle en la cocorota del plumilla de turno. Los insultos, a la derechona, que es más tranquila y se somete con más facilidad.
Es una evidencia que el PP de Rajoy está dejando muchos amigos en la cuneta. Igual que su gobierno edulcora las actuaciones malignas de sus enemigos. Es el síndrome del cobarde que se desprende de los suyos para agradar a los ajenos. Ante semejante comportamiento, los agraviados buscan la comandita y tratan de recuperar su puesto. Nada nuevo bajo el sol. El diario cebrianita acusa a Vox de populismo. Lo de siempre. Ve la paja en el ojo ajeno y no se da cuenta de la viga que tiene en el suyo.
De soslayo, pero con una importante carga de dinamita, le meten un viaje a Aznar. Es que pasaba por allí, dicen. Con la excusa de considerarlo el gran hacedor de la derecha, le pregunta, de manera capciosa, si está dispuesto a liderar el papel de rompedor. Así, cuanto más se ensanche el conflicto con Rajoy, más celebran el centrismo entregado de éste. No por convicción. Por conveniencia. Rajoy no se pliega ante Pedrojota pero se le fractura el espinazo y se le cae la baba cuando de Janli se trata.
El derecho fundamental a la información pasa por formar la voluntad del pueblo. Mas no por deformarla o manipularla. Es la gran diferencia entre una prensa democrática y otra que actúa al dictado del patrón. El patrón ha decidido excomulgar a Vox, de paso, abofetear a Aznar y, al tiempo, elevar al nuevo mentor: don Mariano.
Ya lo decía Cervantes: cosas veredes. Y con la iglesia de El País han topado.
Un saludo.
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