PSOEUGT UGTPSOE
Dónde empieza el partido político y dónde acaba el partido sindical. Porque la organización que fundó Pablo Iglesias es una hidra de dos cabezas. Dos bocas para alimentar un solo cuerpo. Mil dedos que dan de comer a las dos bocas.
Si alguien tenía dudas acerca de la limpieza ética de la nueva Presidente de la Junta de Andalucía, que las disipe. En 2011, presidiendo Griñán el gobierno autonómico, doña Susana emborronó una de las pocas páginas que las instituciones regionales conservaban limpias en su astroso cuaderno de bitácora. Ese año, doña Díaz firmó un acuerdo con Fernández Sevilla, recién elegido Jefe Supremo de la UGT andaluza, por el cual existiría una cuenta conjunta en la que se ingresaría el alquiler del aula destinada a los cursos de formación. Toma ya. Una cuenta al modo de custodia compartida.
Ménage à trois, que dicen los franchutes. La Junta subvenciona al sindicato y el sindicato hace manitas con el partido. Susana, en medio del affaire amoroso. Luego vendrán los voceros a replicar que esa cuenta no llegó a abrirse y que no existe sede alguna que compartan a medias, de mutuo acuerdo, la cabeza grande con la testa más pequeña. A la hora de mentir, algunos son expertos trogloditas. Por negar, el sol que tapan con el dedo. Sin embargo, los hechos son tozudos y las firmas, indelebles. Del mismo modo, que rechazarán cualquier alusión a la barcenada de la KGB. Y en modo alguno admitirán la certeza de que en la jiennense Torreperogil, un o de los feudos de Zarrías, se han celebrado cursos de formación a troche y moche.
Uno entiende que los encartados por la publicación del convenio regulador, se mantengan en sus trece mil. A ver quién es el guapo que reconoce, por las buenas, un latrocinio aunque sea de guante rojo. Nadie. Pero dónde está la policía funcionarial de la Junta que no pesquisa la realidad más candente. Si es que la herida sangra desde hace mucho tiempo. Y dónde el PP, que se la cuelan entre las piernas a pesar del largo de la sotana.
Celebro que UPyD, que no es una formación que me deslumbre, se haya dirigido a Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, para que el Alto Órgano de la UE inste a doña Susana a seguir el camino marcado respecto a las ayudas a UGT. Que se suspenda de inmediato toda subvención. De manera cautelar y responsable. Por lo menos hasta que la investigación concluya. Es que en este fangal, se aprecia algo más que una infracción administrativa. Que entre el húmedo y pestilente fango se distinguen las patas largas de un posible delito contra la administración pública. Que la cosa es muy seria.
El humilde y austero Pablo Iglesias se moriría otra vez del sonrojo ante tanta tropelía de sucesivo tracto. El monstruo bicéfalo se formó después de la muerte del padre. Pero mancharon su nombre. Hasta qué punto. Pena.
Un saludo.
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