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Francisco Velasco. Abogado e historiador

SIMPOSIO

 

 Cobijados y amparados por el bipartito que mangonea en la Generalitat de Cataluña, algunos historiadores van a representar la consagración de un axioma no admitido: la reducción de la historia a la categoría de crónica política. El Instituto de Estudios Catalanes y el Centro de Historia Contemporánea de Cataluña, organismos vinculados estrechamente a Mas y Junqueras, son los responsables indirectos de la goebbelsiana operación de propaganda antiespañola promovida por los dirigentes autonómicos. El simposio, congreso, conferencia o reunión ad hoc defenderá como realidad histórica objetiva lo que constituye un ataque dialécticamente armado contra la objetividad de la Historia.

 

El simposio, que significa banquete, es el resultado de la voluntad de un grupo de amigos de congregarse en torno a una mesa para dar cuenta de manjares y bebidas so pretexto de una celebración cofradiera, académica o similar. Los griegos, cómo no, que acuñaron el término, excluían del ágape a las mujeres, excepción hecha de las camareras, de las cortesanas o de las aportadoras de encantos de distracción. El banquete catalán, pagado con fondos públicos, continúa la línea helena de invitación realizada por un patrocinador rico que corriera con los gastos del evento. De esta manera, antes como ahora, los advenedizos y los parásitos se colaban en juergas de este calibre.

 

Platón, en su obra “El banquete”, nos obsequiaba con estas palabras: “Toda acción en sí misma no es bella ni fea; lo que hacemos aquí, beber, comer, discurrir, nada de esto es bello en sí, pero puede convertirse en tal, mediante la manera como se hace. Es bello, si se hace conforme a las reglas de la honestidad; y feo, si se hace contra estas reglas”. No sé si los partidos catalanes no independentistas, es decir PP, UPyD y Ciutadans, han leído el texto del discípulo de Sócrates. Sea como fuere, es digna de alabanza su acción de denuncia ante la fiscalía acerca de la clara e inequívoca incitación al odio, a la violencia y a la discriminación contra la nación española que presupone la charla de mesa de estos “sabios”.

 

En su huida hacia adelante, los pirómanos de la historia quieren sentar las imposibles bases científicas de un mamotreto: la opresión española a Cataluña. De los decretos de Nueva Planta del primer Borbón a la Constitución democrática del penúltimo monarca de la dinastía. Como bien refiere Esperanza Aguirre, cualquier catalán mínimamente sensible que se crea los dicterios historiográficos de los asistentes al banquete, optará por el separatismo si no quiere ser tachado, pública y privadamente, de traidor. Como lo sufrieron los judíos a manos de los nazis.

 

A cuento de qué tanto rencor. Para qué combatimos contra la dictadura franquista. Por qué nuestros abuelos se batieron en la guerra fratricida. Dónde nos ha dejado el dulce sabor de una reconciliadora transición a la democracia. Algunos vainas no urden sino estrategias de destrucción a sabiendas de que en su envoltorio no cabe fruto alguno. Si ellos son impotentes y estériles, los demás habrán de serlo también.

 

El sino de los que se suman a banquetes privados con dinero público. Menudo simposio.

 

Un saludo.

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