JAMONES CON CHORRERAS
Resulta que la grasa de la Administración andaluza tiene mucho que ver con las chorreras del jamón. El vicepresidente de la Junta, don Diego Valderas, parece ser un consumado experto en jamones de denominación de origen. La práctica de la cata del jamón tuvo su auge en las postrimerías del franquismo y en los inicios de la democracia. Hoy día, el dinero calentito se estila más.
Conocí a un alto funcionario de la Delegación de Educación de Huelva agraciado con una de las patas de cochino más gruesas que jamás conocí. Procedía del regalo de un administrado que agradecía de esta manera su gestión en asunto de interés personal. Un par de semanas más tarde, el donante de extremidades de bellota reclamó la devolución de la pata negra porque el privilegio, que pensó consolidado, fue tan efímero como el tiempo en que la carne dejó huérfana al hueso.
Ignoro si se confirmará, o es un simple bulo, el que don Diego Valderas, recibió dádivas de esta sabrosa especie animal por enchufar a un familiar de un conmilitón comunista en alguna empresa pública en las que un alcalde tiene voz, mando y mano. Que lo ignoro, repito. Sin embargo, informadores me subrayan la existencia de un video en el que su portavoz de prensa se refiere al hecho con estas palabras, acaso textuales: “"Yo no le voy a recordar todos los jamones que le ha llevado su padre y su madre para que le colocaran a su hermano”.
Siempre tuve simpatía por la izquierda política y social. No obstante, mi repugnancia hacia quienes tomaban en vano esta doctrina, ha sido, también, legendaria. Repugnancia de vómito. Y es a causa de la táctica cortoplacista del voto generado a base de miedo y de hambre. Voto que les lleva a abdicar de su patronímico de “comunista” para engrosar las filas de una ambigua izquierda unida o de una parlamentaria izquierda plural que persigue ocultar la corrupción y el genocidio imperantes en los países del telón de acero. Oiga, que ser comunista de verdad es una joya de la solidaridad y de la filantropía. ¿Por qué se prescinde de tamaña bondad? Porque en los arcanos del socialismo, sólo se pone en común con el pueblo lo que no se tiene. Lo que se posee es para mí y sólo para mí.
Los Valderas que en el mundo de la política son, carecen de la ética más elemental. Hay gente de bien entre ellos. Pero cada vez menos. Marcelino Camacho formaba parte de este grupo de elegidos. Don Diego, no. Valderas es un lobo de derechas con piel de cordero de la izquierda más facha que reconozco. Lo mismito que Griñán e igualico que Lara. Izquierda Unida huye de la consideración de partido comunista porque le aleja de los votos de la clase trabajadora. Si tuvieran agallas, lucirían su enseña de partido real y se dejarían de trucos efectistas.
Los jamones delatan a sus consumidores. Cuestan mucho dinero y un currito de a pie no se puede permitir ese lujo. Salvo que esté invitado en ciertas comilonas organizadas por UGT a cuenta del erario público.
Valderas debería explicar esta anécdota con ribetes de certeza. Más que nada para que nadie le espete cuando implore el voto en las elecciones: ¡Y un jamón con chorreras!
Un saludo.
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