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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA CURIA

 

 

Bergoglio, el Papa Francisco, es un problema. Para la curia. Para la curia de la incuria. Para la curia del ombligo propio. Para la curia como logia y para la curia como secta.

 

Sin embargo, el sucesor de Pedro se puede equivocar. No tanto en los modos como en el contenido. La curia no es la iglesia como el gobierno no es la administración ni el estado es el pueblo. No creo que la curia sea la lepra del papado. De lo contrario, se estigmatizaría a los pontífices y, de esta forma, a la cabeza del rebaño.

 

Bergoglio debe reflexionar y tomar asiento. En la silla más humilde. Pero sentadito. Los mensajes los carga el diablo aunque el arma sea un modelo de inocencia. La cuestión radica en los intérpretes. No se puede decir que la iglesia debe volver a ser una comunidad del pueblo de dios y quedarse tan ancho. Entonces, qué ha sido hasta ahora.  Y desde cuándo se ha venido tutelando a la grey fuera de dios. Muchas preguntas y respuestas embarazosas que lesionan el corpus christi terrenal.

 

Está muy bien el ecumenismo pero el proselitismo no se consigue con propagandas publicitarias. Es preciso mostrar una realidad basada en el amor a la riqueza temporal que nos haga dejar de ser pobres entre pobres. La idea de pobreza como santidad es una memez cualquiera. Si se quiere ayudar a los desvalidos, no se deshagan del patrimonio vaticano. Todo lo contrario. Conviertan la sede monumental en fuente inagotable de ingresos para los necesitados.

 

Nadie me hable de humildad y de ambición. Son términos demagógicos que no sostienen un asalto dialéctico. Ser humilde no es ser menesteroso. La humildad, como la juventud, es un mal que se cura con los años. Modestias falsas.

 

Bergoglio puede convertirse en la víctima religiosa de la tragedia de las buenas intenciones. La iglesia católica es una enferma con una salud de hierro. La enfermedad que la corroe son sus dirigentes. Todos ellos. Si el nuevo Papa entiende que la curia está sobredimensionada, tiene fácil la solución. Sin embargo, esta solución debe ser pausada. No sea que genere un problema mayor, mucho mayor. Al fin y al cabo, todos son humanos.

 

A mucha gente contentaría una reedición del casoJuan Pablo I o el surgimiento de un Ali Agca reconocido. Luces y sombras forman parte de nuestra lucha diaria por creer en nosotros. Aprendamos a vivir en soledad y a pesar de las curias.


Un saludo.

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