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Francisco Velasco. Abogado e historiador

AMAMANTAR POR DECRETO

 
 
La Venezuela de Chaves y de Maduro se muere. Las dictaduras son funestas en cualquier época. Ahora se pretende que las madres den de mamar a sus hijos. Menos biberón y más teta. Las papillas y las leches de farmacia, prohibidas. Amor, mucho amor, reclaman los padres de la patria a las madres de la matria. La teta es el vínculo sacrosanto para ello. Por lo menos hasta los dos años, los niños tendrán que agarrarse al pezón materno.
 
En cierta parte, la boutade forma parte del circo de la política en el país de Bolívar. Los niños arrebatarán la energía de la madre del mismo modo que los políticos dejan vacía la teta del Estado. El qué se esconde tras esta decisión autoritaria es la madre del cordero. Dinero. Recursos. Carestía de vida. Crisis. Si se importan productos lácteos y fórmulas de alimentación infantil, de dónde van a sacar dinero para los lujos de los gobernantes. Nada, a mamar. Y el que no mame en la cantidad que se le requiera, será un mamón sancionado.
 
 Con razón dicen los venezolanos que están mamados en vez de agotados. Y que están mamando cuando no tienen ni un euro. En un futuro próximo, las mujeres de aquel país van a estar mamadas. Su esfuerzo extenuante las va a dejar sin aliento. Los niños llorarán en pos de la mama de la madre. Las madres llorarán por el esfuerzo. A poco que no tomen precauciones conceptivas, sus lágrimas llegarán al mar.
 
Pobres mujeres. No tienen bastante con la violencia física. Ahora tendrán que someterse a la presión institucional. Si esto de Venezuela es democracia, ya me dirán qué es lo de Cuba o lo de China. Benditas venezolanas que parirán con el sudor de su frente y darán de mamar con el dolor de sus senos.
 
Un saludo.

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