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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA CONJUNCIÓN PLANETARIA ERA UN METEORITITO

 

 La gran pelotillera que fue la olvidable Leire Pajín no se va a comer sus palabras. No porque acertara con su estúpida frase de conjunción planetaria. No. Porque para tragarse las tonterías, hay que tener un poco  de raciocinio. Tampoco se la va a obligar, no sea que se indigeste. No obstante, conviene recordarle el alcance de la memez.

 

La señora exministra hizo unas declaraciones, allá por el verano de 2009, acerca del acontecimiento histórico de este planeta que sería la coincidencia en el tiempo de dos líderes progresistas: Obama y Zapatero. El progreso del primero consiste en espiar a todo ciudadano del mundo, no sea que tras su figura se esconda un islamista. El progreso del segundo mantiene el avance del cangrejo: ha dejado la economía española en tal estado de retraso, que vamos a tardar años en retornar a la posición de salida. Menudos planetas. Ni siquiera meteoroides. Minúsculos meteoritos que chocan con la tierra firme y destrozan lo habido y por haber. La señora Pajín nunca bebió de las profecías de Nostradamus. Como mucho, se emborrachó con los libelos del partido.

 

Y si de aquí nos saltamos a la Alianza de Civilizaciones, entonces, ni planeta ni asteroide ni meteoro. Un engendro negro. Lo que faltaba a ZP era la compañía de Erdogan, el turco. Entre los tres, una mesa coja. Más que alianza, un connubio rato. O una abrazadera podrida. Una fuente diplomática seca. Un anillo sin compromiso. Eso sí, en cuanto a la civilización, un modelo de violencia ciega. Un estadio cultural impropio de sociedades avanzadas por el nivel de su ciencia, su arte, sus ideas o sus costumbres.

 

 La plaza de Taksim, en el centro de Estambul, reedita la de Tiannamen en Pekín o la mexicana de Tlatelolco o la de Tahrir en Egipto. Escenarios de brutalidades y de matanzas. Palestras de dictadores.

 

Obama, Zapatero y Erdogan. Tres pedruscos voladores que han chocado con la realidad de las libertades y de la prosperidad. A partir de ellos, todos seremos más iguales. Sobre todo, los parados, los pobres y los muertos. La conjunción planetaria era una imbecilidad. Lo que no significa que la autora de la misma fuera una imbécil. Simplemente, una lameculos, aduladora o tiralevitas.

 

Un saludo.

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