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Francisco Velasco. Abogado e historiador

SUELDAZOS

 

 La arrogancia es un vicio especialmente negativo si refiere la altanería como comportamiento y la soberbia como actitud. Caso distinto es el arrogante valiente o gallardo o brioso. Decía Oscar Wilde que cuando alguien comete una necedad, escuda la misma en nobles motivos. Y así es porque así nos parece, que diría Pirandello.

 

Los papeles de Bárcenas no eran del PP, se defienden los dirigentes señalados en los mismos. Ni los sobresueldos eran una falsedad levantada por la prensa canalla. A fuerza de retorcer el brazo, alguien termina gritando. En los anales de la tortura, los menos resistentes sucumben a las primeras de cambio. Y es que en la vida, antes que el conocimiento se sitúa la comprensión. De no ser así, el conocedor subestima al ignorante. La experiencia te dice que ser arrogante con los humildes es un error del mismo calado que mostrar humildad ante los arrogantes. Los dos extremos de la soga terminan por ahorcarte.

 

En el PP, algunos han cobrado sueldazos. Las declaraciones de García Escudero son definitivas. No digo que sean ilegales. Lo que afirmo es que son inmorales. Por el origen y por el destino. Si procedían de donaciones interesadas o si se dirigían a cartillas camufladas. Tanto criticar al Psoe, con razón, por las golferías de los filesios y de los malesios, y los predicadores meten el zancajo en el mismo charco inmundo. Tiene narices la cosa. La desvergüenza carece de límites ideológicos.

 

Alguien escribió que la mirada altiva del hombre será humillada y que la arrogancia será abatida. Es posible. Incluso probable a muy corto plazo. Sin embargo, las acciones de los réprobos suelen reeditarse en el tiempo que los recuerdos recientes son sepultados por la actualidad más furibunda. Las maldades financieras del partido de Felipe González perduraron mientras no surgieron otras que desviaron la atención del público. Hoy renacen merced al embarazo ectópico de los rectores del partido del gobierno que preside Rajoy.

 

La cantada ha sido mayestática. La lentitud de la justicia alienta la aceleración de la injusticia. La arrogancia de Bárcenas anuló parcialmente su raciocinio. Consideraba el hombre que nadie podría oponerse a la mano que mecía la cuna. Yerro mayúsculo. Confundió valentía con temeridad y le salió el tiro por la culata. Falta saber cuántos pájaros van a caer en la misma red. La avaricia rompe el saco que porta el coco.

 

Lo del partido popular es de traca. No es que se dispensaran sobresueldos. Es que cobraban sueldazos. Como siempre, a cuenta de los ciudadanos. Éstos se desangran económicamente. Aquéllos viven de los glóbulos de los famélicos.

 

Díme, Mariano, de qué presumes y relataré tus carencias. Estos sueldazos no son del partido de Rubalcaba, al menos que se sepa. Son de gente de tu partido que pregona solidaridad y vende egoísmo. Después quieren dignificar a la clase política. Ah, y que no me digan que la inmensa mayoría no se ha beneficiado. Los que callan, otorgan. A ver si, como en la pirámide del fraude generalizado, alguna vez toca a ellos recibir. Sueldazos. Que no me digan que están en la política por vocación de servicio. Todo se resume en el título. Sueldazos.

 

 

 

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