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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL EXAMINADOR DE SÍ MISMO

 

 Hay gente con una cara tan dura que el sonrojo no se dibuja en ella. Como la piedra expuesta al sol. Inalterable su color.

 

 El cada día más poderoso vice de Griñán ha hecho un balance del primer año de legislatura y, ni corto ni perezoso, se autorregala un suficiente cercano al notable. Don Diego debió nacer un par de décadas después y, al amparo de la LOGSE interpretada por puretas sin idea, se hubiera doctorado en siete u ocho carreras distintas. Sus notas hubieran sido, además, impresionantes. Sin embargo, el hombre tuvo suerte y eligió el oficio de su vida, el de político comunista anexo a los entresijos del poder. Como un obús. Sus escaladas institucionales constituyen un hito en nuestro sistema democrático.

 

 La gente criticará que el empleo no puede caer más bajo y que el nivel de paro no deja de provocar escalofríos en gente medianamente sensible. Valderas ni se inmuta. El nuevo virrey de Griñán se contenta con el montonazo de altos cargos repartidos, desde el dígito de su mano zurda, entre sus compañeros de sede y entre profesionales de la loa. Anden ellos calientes y congélense los pobres.

 

 Lo que el bollullero denomina medidas de carácter alternativo se parangona con la actitud de aquellos estudiantes que, a falta de esfuerzo para aprobar a base de codos, recurren a la chuleta, al fraude y a otros medios ilícitos para sacar adelante lo que tanto ha costado a sus compañeros. Hablan de lucha contra la exclusión social y los guetos proliferan en toda la comunidad. Atacan el fraude fiscal y los listos siguen campando a sus anchas. Decretan la función social de la vivienda y la Junta sigue manteniendo vacíos los pisos de su propiedad, mientras miles de desahuciados hacen piña solicitando una vivienda digna. Pretenden un banco de tierras y silencian el coto de caza de UGT.

 

Aprobarse es la solución cuando el examinador es el propio alumno. De suficiente a notable. Toma ya. Notablemente insuficiente. No es que necesite mejorar. Es que no tiene ni puñetera idea de los que valen los codos sobre una mesa. No obstante, progresa más que adecuadamente para que este gran país del sur de España siga hundiéndose en la miseria. Por ese lado, sobresaliente y matrícula de deshonor.

 

Un saludo.

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