ÓSCAR LÓPEZ, CEGADO
No hay más ciego que el que se lo hace. El que se lo hace porque se compadece de su falsa lesión y no cae en la cuenta de que su ridícula enfermedad no engaña al personal.
El escandalazo de la moción de censura en Ponferrada se enmarca en esta política indigna por atrapar el poder. Alcanzado el mismo, se procede a justificar la perversa práctica. Que si ha sido un error, que pide disculpas, que se ha actuado de buena fe pero cegado por el sol de una ambición sin escrúpulos. Que, en fin, todo se da por bueno en tanto se ha apartado de la vida pública a un condenado por maltrato sexual. Que sí, que las excusas son tan cagonas, con perdón, que mejor se expresan en el escusado nacional del partido de Rubalcaba.
El alcalde compinche mantiene su sillón. Óscar López se amarra al duro, y bien pagado, banco de su galera partidista. Elena Valenciano se escandaliza del pacto contra natura. No se expulsa del Psoe al infractor. Se acepta su renuncia a la militancia. Reedición innoble de Benidorm y de Gibraleón. Entre otros.
En el Día Internacional de la Mujer, se consuma la ejecución. Nevenka ha sido maltratada por segunda vez. La primera, a causa de un ciego de deseo y vidente de poder. La segunda, por un ciego de la DOCE. De la Desgraciada Organización de Cegatos Españoles.
Pobre Óscar. Tan joven y tan mentiroso. Infeliz Rubalcaba. Muere sin morir y mata a la chita. Callando. Mudos y ciegos.
Un saludo.
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