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 El delfín le salió marrajo. Chaves y Zarrías creyeron que la falda albertiana era su blusa y que la noche, la mañana. Se equivocaron los palomos. Metieron la pata los pichones viejos. Griñán era un palomo. No cojo, pero palomo. Los emires de Al andalus lo mandaron al norte pero el indócil permaneció en el sur creyendo que el trigo de los dineros públicos era agua limpia. Se equivocaba. Ni el mar de San Telmo era cielo sino averno. Se durmieron en la orilla. Griñán se agarra en la cumbre de su rama.

 

El pichón sigue fintando a las palomas. El Congreso regional ha terminado con un 7 a 3 favorable al griñanismo. Sin embargo, el calibre del poder de Zarrías se mide por la fuerza de su feudo jiennense. Allí arrasó el alter ego de Chaves. La plaza sevillana es la gran disputa. Pepote de la Borbolla lidera la lucha contra el equipo de Mario Jiménez. En clara alusión a éste y a Susana Díaz, ha dicho algo que, de tan sensato, no es aplicable por él mismo: hay que formar a los dirigentes para el liderazgo político y social. Qué verdad. Y, como estrambote de un soneto en prosa, nos ha colocado el siguiente dicterio: eso del liderazgo no se aprende en las peleas internas o en las conjuras de organización. Para ser, hay que estar. Por ejemplo, Mario Jiménez es el actual vicetodo pero no ha ejercido más oficio que el político de la conspiranoia desde su más tierna adolescencia. Así va el Psoe y por ahí marcha la Junta de Andalucía. Sólo le faltaba la incorporación de Valderas como huésped de honor del hotel de lujo.

 

El pichón sigue erre que erre. Aferrado a la nueva hornada de lobos hambrientos de jerarquía y ávidos de poder. Los críticos, fuera de la Ejecutiva, por serlos. Los viejos, separados del mando, por su adherencia a visos chavistas. Las sensibilidades en el Psoe son como corrientes eléctricas, que no de agua. Si te mojas, sufres un calambrazo mortal. Hablando de enchufes y de dispendios, Canal Sur es la joya de la corona. El que domine la televisión de la Juan Imedio, logrará convencer a la audiencia de que despilfarro significa peligro de la derechona y que los EREs son la maniobra falaz emprendida por Arenas para desprestigiar la irreprochable honradez de los socialistas.

 

Las plumas como escarpias se le ponen a palomas y pichones ante el runrún de privatizar las cadenas autonómicas. Si Rajoy tiene las agallas de ceder a terceros la edición y producción de las programaciones autonómicas, habrá dado un paso para compensar los pisotones con que está obsequiando a los funcionarios.

 

Una cosa son los tentáculos y otro los tienta culos. En el Psoe crece también la especie de los tocapelotas y la del chitón chitón.

 

Un saludo.