CUANDO LOS JEFES HACEN EL INDIO

 

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La expresión “más jefes que indios” adquiere toda su fuerza en la Fundación Doñana 21. El organismo, más psoecialista que Mario Jiménez, es una muestra de la demagogia política del Partido que fundara Pablo Iglesias.

 

La prensa onubense se hace eco de la presentación de un ERE por el que se va a despedir a más de la mitad de los trabajadores. Bueno, podría pensarse que nada nuevo bajo el sol de esta crisis que nos destroza. Malo, respondo a continuación del comentario previo. Malo porque los trabajadores, especialmente los técnicos en materia medioambiental, serán los que besen la arena sucia del desempleo, mientras los jefes de la tribu, todos ellos políticos nombrados a dedo por la corte del faraón de Moguer, permanecen en sus puestos. Malo porque la ilógica se obstina en defender las jefaturas de una empresa cualquiera cuando no hay currantes y, sobre todo, cuando los politiquillos de orejas kilométricas y garras de gavilán no tienen la menor intención de realizar esfuerzos físicos o intelectuales para los que nunca fueron preparados. Por eso, es malo.

 

A todo esto, que llega la inefable exconsejera y excasitodo del Psoe, Dª Cinta Castillo, y reconoce que toda la fundación descansaba sobre el mullido colchón de las subvenciones. A falta de éstas, todo se va al carallo. Al carallo se encamina el Plan de Desarrollo Económico. Es evidente. Si expulsan a los técnicos, qué puñeta de desarrollo cabe esperar de los irresponsables políticos.

 

Una más, santotomás. Si alguien confía en que la crisis va a modificar los hábitos de conducta de esta panda/secta, es que o se mueve en terrenos de alucinación o sigue comiendo de la mano poderosa o prefiere seguir alabando las actitudes de esta izquierda, que es más falsa que una moneda de hojalata.

 

Una fundación sin trabajadores pero con jefes. Eso no es una fundación. Es una tribu de sinvergüenzas políticos que se reparten los últimos restos del botín institucional. Lo siento por los trabajadores. De verdad que lo siento. Pero sensación de asco, la que me producen los jefezuelos.

 

Un saludo.