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Francisco Velasco. Abogado e historiador

El naufragIU

Puro espejismo. El éxito electoral de IU en las elecciones municipales onubenses es una entelequia. El pequeño salto cuantitativo –de dos a tres concejales- en el consistorio de Huelva era fruto de una creencia falsa. Se pensaba, se creía, que Pedro Jiménez era la fuerza personal capaz de devolver credibilidad a una formación desautorizada por las infamantes acciones políticas de algunos desaprensivos sectarios que mientras besaban a su esposa en público, metían mano a la mujer de otro con fines lascivos, lúbricos, concupiscentes y obscenos. Mostraban la careta de honradez en sus nucas cubiertas al tiempo que sus rostros se dirigían, babeantes, hacia la rica cónyuge del amigo de progreso.

 

Lo tienen crudo. Los “amigüitos” de Llamazares van de cráneo. Procuran, en estos momentos de confusión social y de revoltijo político, acercarse a los “indignados”. Utilizan la vieja táctica fascista y policial de infiltrar en el grupo del 15-M a una serie de sujetos perfectamente preparados para la manipulación asamblearia. Manual de libro de la dinámica de grupos acerca de cómo reconducir los movimientos espontáneos del pueblo en organizaciones pertrechadas al servicio de los granujas de turno.

 

El grupúsculo director de Democracia Real Ya ha convertido el descontento generalizado de los ciudadanos contra Zapatero y su banda psoecialista en un movimiento de repulsa a la derecha. El autor de la fechoría financiera y económica no es el Ejecutivo de Rubalcaba. Para este hato de pandilleros de la crispación, el responsable de la debacle es Aznar, como líder máximo de una derecha que sigue anclada en el franquismo trasnochado. A partir de esta falacia, se aprestan a levantar un monumento, una torre de Babel de la infamia, a la mentira. En eso están. No hacen sino entrenarse para lograr la conjunción táctica necesaria para acometer al Gobierno que se avecina. La acogida que se prevé al Papa, forma parte de la recepción que se dispensará a la derecha triunfante. La izquierdona política y sindical moviliza a sus bases para frenar la victoria democrática impecable de la derecha social.

 

Esta gente del 15-M asemeja a los paramilitares de las guerrillas urbanas. Llamazares tiende sus manos anchadas de tinta a estos mafiosos que viven gracias a las aguas revueltas de la política más impúdica. No cabe atribuirles buenas intenciones. La tragedia de los buenos propósitos no es de aplicación. De ninguna forma.


Cómo es posible que se comparta la idea de regeneración en la IU de Pedro Jiménez si el 21 de marzo mostraba la candidez de su alma y veinticuatro horas después se intitulaba señor de las llaves del palacete de la plaza de las Monjas. Tetas y sopas no caben en la boca. A Pedro Jiménez se le estiró la sonrisa de retrato de la “enciclopedia Álvarez” una vez las comisuras de sus labios quedaron ocultas tras la poblada, cetrina y adusta barba blanquinegra que cubre su cara. Sin rubor. Piel curtida por años de preparación escénica. Una voz alta y rotunda y un mensaje de limpia apariencia son vehículos de corto engaño. Ya se sabe: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.

 

Ahí tienen al superviviente Valderas. Más de siete legislaturas ininterrumpidas al servicio de sí mismo. Triste record, a fe mía. Sin embargo, ahí lo tienen, orondo y colorado como un tomate (toma té, elector confiado) de invernadero. Viviendo del cuento parlamentario durante décadas. Qué sorpresa nos depara, entonces, con mimbres como los citados, el amigo Torrijos. Amigo de lo público, claro, porque de lo privado, de lo suyo, como mal comunista, no toca un céntimo. Las mariscadas con dinero particular le sientan mal. Es preferible el gratis total con peculio del Estado. Debe saber a elixir de dioses eso de yantar y de libar, acaso de folgar, a cuenta del país. Torrijos es a Monteseirín como sálvame de luxe a salsa rosa. Disfrutan rajando de lo ajeno y nutriendo la moral del percebe como la gula adorna al pecador. Los trabajadores como excusa. Se admite pulpo como animal de compañía. Los trabajadores como defensa, según y cómo. El Juzgado de lo Social -¡qué paradoja!- de Sevilla ha condenado al jefezuelo Torrijos por acosar laboralmente a una empleada. Toma ya. Si el varapalo judicial hubiera recaído sobre Zoido, estarían cantando aleluyas los telediarios vergonzantes de Canal Sur.

 

Los antecedentes sindicales del señor Torrijos, como los de don Pedro Jiménez, se sitúan en la estela (funeraria) de Comisiones Obreras. Pobre Marcelino Camacho. Lo que le costó construir un sindicato para los trabajadores. El disgusto que se llevaría si pudiera ver su extraordinaria obra convertida en guarida perpetua de magnates, digo de mandantes, digo de mangantes, ya no sé lo que digo. Pero no, los COCOs son una cosa, el PC, otra, y en lo que respecta a IU, la adulteración clamorosa de una bella idea. Los Torrijos y los Valderas son los grandes deshacedores de la doctrina del común. El “paquebot” que pudo ser se ha quedado en una falúa de reyes. Reyes. Ellos que se las dan de republicanos. La vida. El naufragIU.

 

Un saludo.

 

 

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