LA DERECHA AL PODER
Con mucha honra. Al poder. La derecha, al poder. Es la grandeza de la democracia. La fuerza del pueblo justifica su soberanía y legitima su poder. La izquierda se ha apropiado, de manera indecente, del voto de los ciudadanos y utiliza tan poderosa arma para beneficio de algunos golfos entre sus dirigentes. Eso, si aceptamos que Psoe es izquierda y que IU es su pedúnculo. Lo cual viene a ser lo del anuncio televisivo de admitir, so pena de abandonar el juego, que pulpo es un animal de compañía. La derecha juega limpio. El Pp es la derecha española. Conclusión del silogismo: ergo el Pp actúa con limpieza.
Los españoles nos hemos dado cuenta, tarde pero algo es algo, que la llamada izquierda zapateril y su epígono la siniestra felipista representan la hez del Estado de derecho. Utilizan a las personas como conejillos en los que experimentar sus canallerías políticas y emplean el dinero de los contribuyentes en sórdidas operaciones ilegales cuales regalar joyas a esposas de ciertos cargos, untar con fuertes sumas a policías corruptos, desposeer a los desempleados de los subsidios de paro, engrosar el caudal de los camellos y, en fin, descerrajar dos tiros a presuntos etarras para después enterrarlos en cal viva. Tarde y mal pero para qué vamos a quejarnos si, a la postre, los hemos apeado del caballo de la corrupción.
En Andalucía, la dictadura del Psoe más mafioso se prolonga treinta años. Tres décadas de abandono de la verdad, de escapada de la ley, de huida del derecho y de pisoteo de la libertad. Ningún dictador norcoreano hizo menos en favor de su pueblo en tan dilatado espacio de tiempo. Chaves se ha coronado como el factótum de una Andalucía podrida que cubre sus andrajos y sus llagas con la manta hecha jirones de la demagogia de Griñán. El último baluarte de la droga, de la fiesta, del clientelismo y de la miseria del poder reside en la Junta del Psoe. El último.
No es extraño, pues, que descompuesta la armada sociata y desvalijada por ellos mismos las otrora pobladas arcas de la hacienda regional, Chacón y Rubalcaba vuelquen su dialéctica mentirosa en Andalucía. Por una vez, nuestra Autonomía importa a los dirigentes del Psoe más allá de servir de paraíso de orgías y de lujos pagados a costa del currito indígena. Los andaluces hemos sufrido diversas colonizaciones a lo largo de nuestra historia. Acaso ninguna tan cruel y humillante como la que han conducido don Alfonso Guerra y don Manuel Chaves.
A fin de esquilmar todavía más el territorio, el candidato Rubalcaba se ha presentado en Málaga y Almería para recaudar votos -que mañana serán tributos- e impedir como sea que la derecha limpia alcance la presidencia de nuestra Comunidad. Silencia el maldito vocero de la indignidad que esa derecha que lidera Javier Arenas es el antídoto contra el cáncer moral, social y económico que ha provocado esa falsa izquierda del hermano de Juan Guerra y del padre de Paula e Iván. No hay otra solución para atajar el mal que confinar en el ostracismo a los asesinos de las prosperidad y del progreso y, al tiempo, abrir la puerta de la esperanza al partido popular. No nos queda otra.
De conservar un hálito de vergüenza, el Psoe debiera retirarse a sus cuarteles de invierno, rumiar el mal que han hecho, concentrarse en la búsqueda de propuestas constructivas y dejar el campo abierto a la derecha para que ésta, exenta de historia de corruptelas y mangancias en la región andaluza, ponga manos a la ingente obra de reconstruir la Autonomía. Si en vez de mostrar, siquiera una vez, las buenas maneras que sus padres trataron de imbuirles, deciden arrasar los fundamentos elementales de la moral, agárrense que vienen curvas mortales. Con una mano al asidero y la otra a la papeleta del voto. Deposítenla en la casilla de la derecha. Los otros están, además de pringados, enfurecidos y medio locos. A las urnas y a la derecha. Con mucha honra.
Un saludo.
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