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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA LENGUA SUELTA

Cuando la lengua se suelta, le pasa lo que al estómago pesado. Con perdón. Las diarreas verbales son muestras de la incontinencia intestinal. Suelen tener su origen en comidas en mal estado o en bebidas excesivas. No obstante, la causa de algunas reside en la frustración y, desde esta emoción decepcionante, en el cabreo descomunal que desborda nuestra capacidad de aguante.

 

Un internauta colega me invita a leer un excelente artículo de un periodista formidable que responde al nombre de Francisco Robles. Los “Griñaninis”, se titula. A partir del enlace que me facilita el compañero, enhebro los hilos de mi historia del día. No es la primera vez que he aludido a la empanada mental del señor Griñán. El que fuera ministro de Trabajo y tercero de almohada de Chaves es el dueño y señor de las críticas del number one que dijera el otrora poderoso Txiki Benegas. Don Felipe González, que se aburre de fumar habanos mientras navega en lujoso bajel al tiempo que nos obsequia con un posado en quasiporretas, ha abierto la caja de los desparrames lingüísticos contra su examigo de gales y regales.

 

El mentor de Rubalcaba y el turiferario que acompañó a Barrionuevo y Vera a la puerta de la prisión, pero sólo hasta el umbral, ha descalificado como griñaninis al grupo de acólitos que ayudan al presidente José Antonio a oficiar la misa negra del imparado desempleo andaluz. Cómo está el corral. El expresidente que vomita por un lado. La Chacón que evacua por otro. Los leales a la pasta que cambian los fetuchinis por el rissoto llantina. Eso de perder las elecciones les afecta más que carecer de vergüenza. Que Mario Jiménez es un mixto de lobo feroz y de caperucita roja es tan claro como la luz cenital de un día de verano. Acalora y da grima. El abuelito Pepe es el que le llena el cesto de carne y de eres para que los cazadores disparen sus armas hacia los de Arenas. Los mestizajes en política tienen malos finales. Más temprano que tarde, el público cae en la cuenta de que los mariojiménez acusan el principio de Peter antes que las sorayas o las cospedales. Dónde va a parar.

 

Claro que si reparamos en el estilo, dongriñán no ha hecho sino seguir la estela de las bibianas y pajines de Zapatero o del inefable Pepiño. Y el propio Felipe que no chulee, que su húmeda le juega malas pasadas. O es que ya olvidó las andanzas del electricista de la patada en la puerta y de la feria sevillana, que se llama Corcuera. Vamos, que aquí el que no corre, vuela. En vez de faisán, pularda.

 

Los síntomas son claros. Delirio y logorrea. Exaltación de lo vacuo. Coronación de lo absurdo. Compulsividad del sarcasmo. El exmarxista Felipe, a lomos de yate de gran patrón. El rojizo ZP, amarillento de bilis colérica. La catalanista Chacón, enfundada en el manoloescobarismo más vulgar. Claro, hablan lo que comen y comen a cuenta de lo que hablan. Su incongruencia ideológica destapa su contracultura.

 

En suma, apestan. Deben hacer un inmediato ejercicio de lavado con lejía y centrifugadora de mohos. Lenguas que se crecen junto a la ventana, desde que anochece hasta la mañana. Sí les riño, sí les riño. A ver si se enteran y cogen el caminito, definitivo, a la kale. Lo mismo la kale borroka ya no es terrorismo. Infelices.

 

Un saludo.

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