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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL ENTE EDUCATIVO

 

 ISE. El ente/engendro público de Andalucía se conoce como ISE. Las siglas responden, bastante mal por cierto, a la Infraestructuras y Servicios Educativos de la Junta. Se trata de una de las famosas Agencias Públicas Empresariales que forman parte del entramado organizado por la tropa de Chaves para escapar del control del Derecho Administrativo por más que se adscriba a la Consejería de Educación. Goza el engendro/ente de personalidad y capacidad jurídicas y comenzó sus malhaceres hace media docena de años. Si me preguntan que a qué se dedica en realidad, mi respuesta es clara: a hacer lo que hasta antes de 2005 realizaban los funcionarios de las Delegaciones de Educación. Con la diferencia que de tres o cuatro empleados públicos se ha pasado a una montonera de enchufados. Y con el agravante de que los contratos y convenios pueden escapar a la vigilancia de la propia Administración.

 

El Ente/Engendro venía precedido de bastante mala fama. La fotografía de una profesora y de unos niños sentados en el suelo de un aula desnuda de pupitres y demás mobiliario indispensable en la escuela, ha sido la coronación de su bien labrado desprestigio. O sea, el Ente mal engendrado ni adquiere el equipamiento docente ni contrata como es debido las instalaciones necesarias para que los niños y sus profesores realicen sus deberes en el marco de un centro educativo normalito. Hala, todos al suelo. Y como no les gusta la fotito, lejos de decir la verdad, pues toca arremeter contra la fotógrafa. Ya les digo, hablar de vergüenza en la política educativa andaluza es como pedirle a los ministros psoecialistas que dejen de mentir en vísperas de las elecciones. Un imposible metafísico porque la mendacidad forma parte de su esencia y ni en período electoral ni fuera de él es posible la sinceridad en esta jarca de impúdicos.

 

El Ente/Engendro constituye todo un síntoma del deterioro del sistema educativo andaluz. Fracaso escolar galopante, deterioro de la convivencia escolar, incremento del absentismo, cúmulo de agresiones sufridas por el profesorado. Cosa fina. El Consejero De la Chica debe estar contento. Como heredero de una de las mayores fortunas de la Autonomía, asiste impávido e incluso sonriente al vertiginoso ascenso del paro juvenil y al desmoronamiento de los pilares sociales. En la cúspide de la corrupción, su concepción dogmática y patrimonialista de la Educación.

 

Lejos de dimitir e irse con la banda a otra parte, De la Chica destituye al irresponsable -ahora se entera de su ineptitud- y nombra como directora general del Ente/Engendro a una señora que, a tenor de su curriculum, no es economista ni licenciada en dirección de empresas ni experta en temas de gestión de recursos humanos. Sí es, y con ser mucho no basta para este desempeño, maestra de Infantil y Primaria. De lo que no cabe duda es de su adscripción al Partido/Secta. Si no, de qué y de cuándo. Igualico que su Consejero. Con estos mimbres, qué vamos a pedir al cesto de la enseñanza pública en nuestra Andalucía natal y de adopción.

 

No pretendo hacer un catálogo de centros públicos faltos de las infraestructuras mínimas. Sería tan extenso que trascendería la dimensión del presente artículo. Les voy a referir un ejemplo sin expresar el nombre del Centro docente. En verano el calor es tan agobiante como terrible el frio que invade sus paredes en invierno. Los departamentos no reciben dinero ni para comprar los elementos imprescindibles para su funcionamiento. De no ser por la calidad extraordinaria de su claustro de profesores y de su equipo directivo, ese Centro estaría, a día de la fecha, cerrado. Gracias a sus profesionales, abre todos los días.

 

¿Y el Ente/Engendro? ISE. Ignorantes. Serviles. E... Pongan ustedes el epíteto, sí el epíteto, que les guste. No se priven. Bastantes privaciones padecen nuestros profesores y alumnos.



Un saludo.

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