NOVIEMBRE, VEINTE
Rajoy halla en el Congreso la caja de resonancia que se le escapa fuera de la sede parlamentaria. La vida, don Mariano, es un universo más amplio que la sede española de la soberanía popular. El pueblo delega allí su poder. Sin embargo, la fuerza de la gente se manifiesta en sus escenarios cotidianos: el lugar de trabajo, la cola del paro, la charla de bar, el encuentro con los vecinos del barrio, el sofocón en los campos de fútbol. Y así. Rajoy olvida esta circunstancia. Y si la tiene en cuenta, poco hace por construir una estrategia más efectiva de aproximación a los ciudadanos.
Zapatero sabe perdidas las elecciones novembrinas. En la misma medida que Rubalcaba trata de rebajar la dimensión de la cantada derrota. Tanto mal a tanta gente pasa lógica factura. El coche de la pandilla de Ferraz se desliza sin control por esta pendiente abrupta. Mientras el vehículo del adversario va del encontronazo al porrazo y del golpe a la culada, el presidente del Partido Popular se limita a observar. No discutiré la bondad política de esa posición. Lo que sí reprocho es la actitud poco elegante de la misma. Ver los toros desde la barrera es carácter del aficionado, mas no calidad del matador. El albero es el destino natural del lidiador.
En medio del oleaje que levanta la crisis económica y moral que padecemos, a sabiendas de que el capitán Zapatero ha sido relegado del mando, cuando el pasaje se aferra a los salvavidas, el señor Rajoy, a verlas venir. No puede ser, hombre. Hay que levantar la voz. Hay que advertir el peligro. Hay que hablar con la gente. Con tripulantes y tripulados. Con financieros y financiados. Con empresarios y empleados. Hay que animar el cotarro. En los camarotes, en los salones, en la cantina o en la cubierta. A cielo despejado o bajo una gran tormenta. Por doquier.
El filo de una navaja es la frontera que separa al prudente del cobarde. El miedo al fracaso acrece a medida que se tienta el éxito. Sin embargo, cuando este triunfo inminente obedece más al demérito ajeno que al valor propio, entonces, Mariano, se incurre en la cobardía. Se deja de ser prudente para volverse cobarde. Sin paliativos. Navegante, considérese avisado.
La crisis económica está haciendo estragos. El sistema de pensiones puede caer hecho trizas. Las hormigas prevén calamidades si no se taponan los huecos. España ha de reformar efectivamente y no sobre el papel. La inseguridad del (des)Gobierno se extiende a la Oposición. Tres meses de angustia esperan a los españoles antes de decidir un cambio de rumbo. Si los mensajes no son diáfanos, la niebla oscurecerá la visión. Ya se sabe el alcance de los de Ferraz. Lo que todavía desconocemos es el horizonte de los dirigentes de Génova.
O se aclaran o se votará contra Zapatero. El PP perderá legitimidad si su victoria en las elecciones descansa en el demérito de sus adversarios. El éxito pasa por la evaluación positiva de las ofertas. Rajoy debe dejar los arcanos de la fecha electoral y manejarse en clave de asertividad ciudadana. Los sondeos son simples tendencias de opinión. La gran encuesta se publica el veinte de noviembre. Veinte ene.
Un saludo.
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