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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ARRIBA EL TELÓN

Maestros en el arte del fraude, los jefezuelos psoecialistas manejan los hilos de los tiempos y de las personas con pericia singular. Ustedes, y yo mismo, creemos que son las presiones ciudadanas las que modifican el trazado de nuestros políticos. Craso error.

 

Son ellos los que manipulan la realidad a partir, eso sí, de las tendencias "tuiteras" que recogen las redes sociales. Dan la vuelta a la democracia con idéntica habilidad que se cambian de chaqueta. Escuchan los sones del pueblo y, cual tañido de campanas, allí erigen la torre y, si cabe, edifican el templo.

 

Han mantenido, con espartana disciplina, que el presidente decide la fecha de las elecciones. Han asegurado, con la fría sonrisa de la hiena, que el adelanto electoral no estaba en la mente de ZP. Han aseverado que España va bien y, en consecuencia, no se contemplan modificaciones de tipo alguno. Todo llegará conforme a la normalidad, han mentido.

 

Las elecciones nacionales ya tienen fecha bien distinta a la de marzo de dos mil doce. Las cábalas han tomado asiento de certeza. Zapatero ha claudicado. La situación es caótica. Allende las aspiraciones independentistas de vascos nacionalistas y catalanes de relumbrón, la parálisis económica ha llevado a los mercados a izar la bandera pirata. Ya saben. Las agencias de calificación desconfían del Gobierno español que maldirige, todavía, el marido de Sonsoles. La bolsa baja. El paro se contiene, mínimamente, en verano a base de apósitos coyunturales. En septiembre, la sangre del desempleo volverá manar con fuerza. Y entonces, o se acude a la cirugía o estallará un volcán de verdaderos indignados.

 

En este marco de estrategia partidista que relega el interés general de los españoles, Griñán defiende en sus cuarteles de San Telmo la normalidad electoral. En marzo, enfatiza el sucesor de Chaves a título de Barón de los EREs. En marzo. Andalucía muestra síntomas distintos a los que presenta el Estado. En España ya no queda tela que cortar ni rincón donde esconder miserias. En la comunidad andaluza, más de lo mismo, pero la picaresca de la Junta sigue esquivando los lances, blanditos y suaves, de Arenas y los suyos. Mientras los arietes peperos no actúen con la contundencia de los mercados financieros, no habrá forma humana de poner en aprietos urinarios al griñanato.

 

Es posible, perdón, es seguro, que la Plana Mayor de Ferraz deje a la joya de la corona psoecialista a buen recaudo, como último reducto del mangoneo de la sectaria formación política. La tierra de Felipe y de Guerra, de Chaves y de los de la foto de la tortilla siempre fue mariana, sede de María santísima. Hoy, Andalucía es el Fuerte Álamo de la desvergüenza. En su interior no se atrincheran héroes, sino fugitivos, renegados, clientes, pesebristas, estafadores y un sinfín de gente de reputación dudosa. Por ellos, y por él mismo, por supuesto, Griñán dilata las pausas. Si Andalucía cae en poder del PP, y la nueva Junta barre con eficiencia la porquería acumulada tras tres décadas de dictadura fáctica, más de uno va a pisar los suelos de algunas penitenciarías de la región.

 

Griñán dice que habrá que esperar a marzo. Pues nada, quien espera lo más, aguarda lo menos. Ya veremos cuántos ataúdes pasan por el portal de la Oposición. El teatro está lleno a reventar. Sin embargo, el telón sigue bajado. Se escuchan rumores tras el cortinaje. Nadie se decide a levantar el bastidor para que veamos a los protagonistas ubicados en el escenario. Es una urgencia que se eleve el telón. Ea, ea, ea, la gente se cabrea.

 

Un saludo.

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