LA HUELVA DEL DESEMPLEO
La orilla de las tres carabelas. Qué lejos queda. La ciudad factoría que fue a lo largo de la historia, cercana prosigue. Territorio de contaminación. Dónde, Huelva, está tu ancestral belleza. Abandonada por los hombres, mimada por la naturaleza. Ya ni eso. A perro flaco...
Huelva es ahora capital del desempleo. Qué gracia. Triste liderazgo. Mario Jiménez se quitó de enmedio a una profesional espléndida, la señora Prat, y en su lugar colocó a un político de su misma catadura. La Delegación de Empleo es, más que nunca, paraíso del paro. Nunca tan pocos hicieron tanto daño. Pese a todo, allí están. Cantando la gallina. Como si los onubenses fuéramos tontos de capirote y de nacimiento. A la fábula inicial, la trola continuada. Al final, la moraleja: no te fíes del que dice la verdad; escucharla es muy duro. Confía en quien miente; la mentira es piadosa.
El mundo al revés. Huelva ha incrementado su producción de personas desempleadas. En un año, casi 6.000 onubenses han engrosado las colas inhumanas que se forman ante las Oficinas del INEM. Mientras, Mario Jiménez y los suyos, de comilonas y de palabras fáciles. Ellos andan calientes mientras la gente llora. Los datos no los aporta el PP. Es el mismísimo Ministerio de Trabajo el que las refiere. La marca de los sesenta mil ciudadanos de Huelva que no tienen trabajo, debiendo tenerlo, crece y crece. La Junta compensa con funcionarios a dedo la falta de creación de empleo. Las Agencias serán la seña de identidad de la izquierda más derechizada que contemplaron los Anales. Empresas públicas hecha carne de horca de publicidad, transparencia, objetividad, mérito e igualdad como quien saca un conejo de la chistera. Pobre Andalucía. Andalucía pobre.
Pobre, pobre, Huelva. Mantenerse a cabeza del paro laboral es una carga de profundidad que puede hacer volar el navío. No se contratan marineros. Se despide a los pocos que van quedando. Mientras, el capitán y la oficialidad del buque se agasajan a destajo con la soldada que dejan de retribuir. Los armadores se cargan los astilleros y subvencionan prejubilaciones de amigos. Entre ellos, las penas son menos. Se socorren mutuamente. Yo te nombro Portavoz y tú financias la empresa de la mujer de tal. Tú traicionas al PP y te regalo una asesoría en Diputación. Él es de la izquierda complaciente y se lleva un regalo seguro.
Pobre Huelva. Lo que le cuesta reaccionar ante el engaño. Una, dos y tres mil veces se la meten doblá. La proximidad de las elecciones hará redoblar la oferta de promesas vanas del Psoe. Asegurarán que el trabajo es cosa de un par de meses. Que el desempleo es un mal recuerdo introducido por la derecha más rancia. Que la industria no contamina y que las balsas de fosfoyeso son el icono de la ciudad en progreso. Que Petronila es la alcaldesa que necesitamos. Que el Delegado de Empleo es un excelente gestor. En vez de 70.000 parados, hay diez mil menos. Que Mario es el líder que los onubenses aman. Que la ideología de izquierda es un aldabonazo en el corazón de la sociedad. Sin embargo, la ideología del Psoe actual es un estacazo en la cabeza de la ciudadanía.
La Huelva del desempleo duele. Se duele. Estar en el furgón de cola nunca es una buena noticia. Ni siquiera, por desgracia, es noticia. La noticia en Huelva sería crear empleo. De tan imposible que parece, de producirse ocuparía los titulares de toda la prensa. Imposible. Sobre todo con los politiquillos que se jactan de ser de izquierdas cuando la propia derecha les pasa tres pueblos en la defensa de los intereses sociales. A Mario hay que preguntarle quién le puso petenera. Para izquierda, la derecha de Pedro Rodríguez. Para derecha, la izquierda de Mario y Petronila.
Las aguas bajan turbias. Algunos las ensucian aún más. Por aquello de la ganancia de pescadores.
Un saludo.
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