LOS HIJOS DEL FRANQUISMO
La cosa va de histriones. Actores de coro. Presentadores afectados hasta la gola y exagerados hasta la gula. Hombres-disfraces que hacen reir al público. Hermosa profesión la de hacer felices a la gente. No. No hacen felices. Procuran su risa. De la manera más soez. No importa cómo si la risa es el resultado procaz de un procedimiento hiriente.
Uno de estos personajes es Buenafuente. Cómico del hectómetro, que no de la legua. Graciosillo de medianoche que hace de la dizque izquierda su caja fuerte y de los medios afectos al poder psoecialista su cuota de pontazgo televisivo. El día que los amigos de Zp vean el caminito del destierro presidencial de su gran mecenas, no tendrán más opción que vivir de otras inyecciones dinerarias si quieren sobrevivir con sus gracietas dudosas.
Hijos del franquismo. Así ha llamado este buen hombre, de negro vestido, a la derecha. Él, no. El señor nació en el seno de una familia no franquista. Ni Roures. La derecha de Rajoy está marcada por el signo impuesto por los socialistas de Hitler. Hala, una crucecita para que sepamos quiénes tienen derecho a todo y a quiénes se ha de negar hasta el agua. Buenafuente es el sociólogo de cabecera del fascio de la secta. Qué barbaridad. Cuántos hijos del fascismo acusan a los que piensan distinto, de hijos del franquismo. Será que polos del mismo signo se repelen. O acaso que el gran inquisidor criara a su prole entre algodones de la ideología más reaccionaria, que no es otra que la del yo te defiendo y tú me financias. Ah.
Todos somos hijos del franquismo. Todos. Unos más dignos. Otros, más golfos. Los hay de todo pelaje y condición. Como en cualquier sociedad. Peor hubiera sido que hubiera llamado asesinos a los que votaron derecha. Como ya lo hicieron una vez, en 2004, verdad, Rubalcaba, lo harán otras quinientas. No tienen freno. Los hijos del fascio son así pues, de otra forma, se nombrarían hijos de la democracia, o de la concordia, o de la reconciliación. A cada uno lo suyo. A poco que las encuestas electorales arrojen un triunfo indiscutible de los populares y fracasen los intentos desestabilizadores protagonizados por la sectaria sexta, veremos lo que es un trasvase. Ríanse del trasvase del Ebro y del Plan Hidrológico Nacional.
Hijos de. E hijas. No se olvide, señor Buenafuente, del sector femenino. Todo el feminismo de quienes actúan como usted se limita a un acta de protocolo. Detrás de ese documento, vacío. Soledad. Los hijos de. De Dios. O de Alá. O de Mahoma. O de Jesucristo. Eso sí. Hijos de un dios mayor. Del franquismo, no, hombre, del franquismo, no.
Caricaturicen a la jerarquía de la Iglesia católica, que no les pasa nada. Blasfemen con imágenes cristianas. No tienen coraje ni lo que hay que tener para proyectar esas ilustraciones a la sociedad islámica. No tienen. Hijos de.
Un saludo.
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