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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA SUCESIÓN

 

 Zapatero dice que su futuro político sólo lo saben dos personas. Una, su esposa. La otra, un compañero psoecialista. Juega a las casitas. Secreto, secretito. Zapatero nos castiga con su silencio. Amiguitos por aquí. Uno, más amiguito del alma que los demás. De niños, vaya. De niñitos.

 

La prensa le sigue la corriente. Un nuevo juego se trae entre manos el presidente narciso. Adivina, adivinanza. Cuánta chorrada. Ahora, que entre la prensa del corazón. Me han transmitido las palabras de Muñoz Molina -pedazo de escritor- sobre Belén Esteban. Reprocha a El País la macroentrevista a la estrella de Telecinco. Sin embargo, cae en la misma trampa del periódico. Belén Esteban es noticia porque el pueblo se interesa. A falta de otro mensaje, el personaje es la noticia.

 

Belén Esteban no es presidenta de España. José Luis Rodríguez Zapatero, sí. Con la que está cayendo, chuzos de punta, reales y metafóricos, y nos viene ahora con el cuento de la buena pipa. Que me sucede Pepito o Juanito. Pero no se lo digo a nadie, anda. Por favor.

 

Hoy, día del Gordo, no sé qué suerte nos anunciarán los niños de San Ildefonso. Ojalá que los premios favorezcan a los más necesitados. A los más necesitados entre quienes han tenido la capacidad económica para comprar un décimo o una pequeña participación. Porque millones habrá que ni un euro puedan invertir en la diosa fortuna. El premio será, no obstante, el final del paro. Pero mucho me temo que ese no entra en el bombo. Otro premio que no saldrá es la seguridad para los pensionistas. Ni el reconocimiento a los funcionarios. Nada de cuanto aplasta el techo de nuestra economía y presiona los bajos de la sociedad española será cantado.

 

Como es seguro lo que les digo, me conformo con la esperanza de un cambio. Poca cosa pido. Un cambio de Gobierno. Vía electoral, por supuesto. Sin crispaciones. En paz democrática. La fe es lo último que se pierde. Ya hemos dado un paso. Zapatero habla de sucesión. Ya hizo bastante daño. De irse mañana, el mal será menor que si se larga pasado. Y así sucesivamente. Que se marche.

 

De una vez que parta con viento fresco. Pero que nos deje de monsergas con la sucesión. Y, sobre todo, que deje las chalanerías de los amiguitos para otro tiempo, otro lugar y otro foro. Para entender la dureza de la vida, me quedo con el afán de Belén Esteban. Para mí, su triunfo mediático tiene un mérito excepcional. Lo de Zapatero nunca fue éxito. Mucha propaganda y poca sustancia. Un puchero con exceso de agua y defecto de carne.

 

El Gordo empieza en la dimisión. Termina en la convocatoria de elecciones. Ay, el estado de alarma. Hasta mediados de enero, no llegarán este año las rebajas. Sucesión. Que Dios reparta suerte. Si también dinero, mejor que mejor.

 

Un saludo.

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