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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA HILARIA

 

En la onubense playa de Mazagón, una mujer, Hilaria, es la referente del comercio. La Hilaria, así la conocen, es toda una institución en esa hermosa localidad del litoral de Huelva. Su popularidad se reduce a un ámbito geográfico muy reducido pero su fama trasciende las fronteras de la provincia.

 

Hilaria no es la Clinton. Pero sabe lo que no está escrito. Clinton, Hillary, léase Jílari, es la Secretaria de Estado del gran Obama, el ídolo de ZP. Aprovechando que el Odiel atraviesa Huelva, la sucesora de Moratinos ha recuperado su sonrisa de vendedora de “Avon llama” para fotografiarse con la norteamericana en la cumbre de Lisboa. Después del té y las pastas, o antes, qué más da, la española ha interpelado a la esposa de Bill sobre el asunto del Sahara occidental. Seguro que, con anterioridad, le ha explicado por dónde cae ese territorio que perteneciera a España y que ahora administra a sus cojonces, cojonces, reitero, Marruecos. Igual de acreditado que ha minimizado los incidentes (sic) allí producidos a causa de la funesta manía que presentan los saharauis de atacar con sus pechos desnudos las bayonetas de los fusiles del sultán. También son violentos los hijos del Sáhara.

 

España está muy preocupada, le ha dicho la señora ministra del Psoe a su homónima USA. Mira, Jílari, que la prensa española está criticando al Mojamé, que si es un dictador, que los plumillas hispanos se están inventando el conflicto, que acusan de genocidio a Marruecos, que si mi Presidente Zapatero está acollonado, acollonado, insisto, que si el Frente Polisario no sé qué pretende, que con lo bien que estarían todos en paz y compaña con los vecinos del sur, que si quieren Ceuta y Melilla, también se les ofrece, que todo lo que quieran nuestros hermanos magrebíes, que Zapatero regala lo que no es suyo y lo que haga falta. Menos lo suyo, que eso es de él y no se toca, que lo tienen que heredar sus niñas. Y, además, como destapen lo del 11-M, se va a liar la mundial.

 

Venga, Jílari, vamos a reunirnos todos los amigotes del Sáhara para decir que lo del Aaiún no es nada, que más se perdió en Cuba, que esto es una escaramuza como la que hizo Aznar en Peregil, que dónde va a parar, que ni el Consejo de Seguridad quiere saber nada del tema. Podemos organizar un partido entre los Amigos de Zidane del Polisario contra los Amigos del Zidane de Marruecos. Verás que bien lo pasamos. Los hoteles en Rabat son un sueño y los baños de Marrakech, un paraíso, que tú no los conoces Jílary, anda, vamos y así mi jefe me perdona mi visita a Morales.

 

Lo de la violación de los derechos humanos es una tontada, que te lo digo yo y te lo dicen Moratinos y Pepiño y hasta Rubalcaba. En el Sahara no ha pasado nada, mujer, que me da que todo es una invención de la derechona española que no sabe cómo agarrar el despacho de mi amado Zapatero.



No hay más que hablar, Trini, que yo te ayudo a lo que tú me pidas. Hasta te invito a verme en Guashintón. A cambio, ya sabes, mándame tropas a Afganistán, que nos hace falta que maten a otros que no sean yankys. Y si podéis retrasar vuestra salida, mejor que mejor, que Barack se pondrá muy contento y se jugará unas pelotas con Joseluí, que sí, Joseluí. Besos muchos.


Adiós, Hilaria, digo, Jílari.



Un saludo.

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