NACIDOS Y SENTIDOS
Sólo se siente vasco. El señor Urkullu, el interlocutor que ha permitido a ZP superar el escollo de los Presupuestos Generales del Estado, dice que, de español, ni un vello. Que vasco, todo lo que quieran. Español, vade retro. El amigo de España pacta con España a fin de dejar a España instalada en la debilidad más fracturable. España. Al PSOE le importa una higa la calaña de los sujetos que le apoyan en su canallesca política de desguace del país. Se siente vasco Urkullu como no se siente español Rubalcaba. Cómo es posible que la nación española esté en manos de semejantes antipatriotas.
La nación donde se nace y el sentimiento del origen son los elementos que rigen los destinos actuales de España. Los ejércitos victoriosos siempre fueron dados al pillaje y al saqueo. La derrota del enemigo no se completaba hasta que el botín subsiguiente no era lo bastante caudaloso. La ley electoral es, por sí misma, un triunfo de lo antiespañol. Un triunfo avisado desde la propia Constitución. Controlado durante algún tiempo, la fuerza militarizada de esta ley electoral proporciona éxitos en forma de pillajes por parte de los nacionalistas catalanes y vascos. Sucesos que adquieren hoy día dimensiones sumamente preocupantes. Los gestos, hechos y dichos de los independentistas se multiplican en una espiral de locuras fácticas, atizadas por el pirómano Gobierno al que ayer perteneciera la insufrible De la Vega y a la que hoy releva el insoportable maestro de mentirosos políticos que don Alfreddo, con doble d, es.
La situación se hace angustiosa por momentos. Ya se abrió la puerta a la chusma y las ofensas, los insultos, las descalificaciones y toda la malsana dialéctica de los desvergonzados se hacen paso para gritar: leña al mono. El mono es España. El mono es el colectivo español que defiende a su país ante tanto desmán. El mono es el Partido Popular al que se tacha de ultraderechista por el mero hecho de defender la unidad del país y de rechazar los decididos ataques para romperlo. No hay nacidos en una región u otra. Hay gente bien nacida y gente mal nacida. Del mismo modo que hay sentimientos buenos y perversos sentimientos.
El que a la selección española de fútbol se la galardone con el premio Príncipe de Asturias constituye un elemento agregado de preocupación. Algunos se empecinaron en introducir un elemento de contención en este asunto. Aplastar las emociones es uno de los síntomas más reveladores de la tiranía. En el País Vasco donde vive feliz Urkullu, se impide toda manifestación emocional pro-española. En Cataluña, se multa directamente al españolito que rotula su negocio en la lengua oficial del Estado. Nacer en Cataluña o en el País Vasco es un privilegio igual que hacerlo en Extremadura o en Aragón. Todo es España.
Alguien imagina que un escocés, un galés, un inglés o un norirlandés reniegue de su pertenencia al Reino Unido de la Gran Bretaña. Nadie. El escocés se opone a que le digan inglés, del mismo modo que el norirlandés nada quiere saber de su identidad con el de País de Gales. Todos son, sin embargo, británicos y de ello se enorgullecen. España es un Reino Unido. Congrega bajo su manto soberano a Cataluña, País Vasco, las dos Castilla o Extremadura, así hasta diecisiete comunidades autónomas y dos ciudades autónomas. La selección de fútbol de Extremadura podrá competir con la de Asturias, pues claro que sí. Lo que no puede hacer es intervenir en la esfera internacional en competiciones contra España. Porque ellas son España. NO existe la selección nacional de la Gran Bretaña. SÍ existe la selección nacional de España.
España no puede competir con Cataluña o con el País Vasco porque ambos forman parte de la nación española. A ver si se enteran. A ver si se fijan en el modelo británico. Si quieren selección nacional, pretenden el secesionismo del Estado. Me parece muy bien, por mucho que me repugne, que cada uno defienda lo que le dé la gana. Lo que me parece un dislate es que el guardián del Estado español aliente el espíritu independentista de algunos nacidos con dificultad y de algunos que sienten con distopía. Si Zapatero quiere minar la estructura del Estado español a base de ayudas millonarias a los separatistas y a los violentos, que se vaya a tomar vientos al desierto donde reina el sultán que él sabe y al que tanto debe. Pero que deje a España en paz. Zapatero, en paz.
Zapatero, nacido. No sabe dónde. Zapatero, sentido. Pésame.
Un saludo.
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