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Francisco Velasco. Abogado e historiador

VALORES Y DELITOS

 

 Educación en valores. Cuando Felipe presidente, asignatura transversal se la denominó. Cuando Zapatero, Educación para la Ciudadanía. Qué interés.


En tiempos de González, resulta que los profesores explicaban el valor de la verdad, y llegaba un baranda psoecialista pillado en la más abyecta mentira. Ponderaban la importancia del respeto a la libertad, y, hala, mandamases del Partido secuestraban a un ciudadano francés. Resaltaban el valor de la honradez y, toma ya, jefezuelos de Interior se forraban con los fondos reservados. Reservaban lugar de macsura a la vida, y Lasa y Zabala aparecían asesinados.


Lo de “Ciudadanía” se inventó para arreglar los males del paro y de la crisis. Aparte de los recursos presentados por los padres a causa del carácter manipulador, sesgado y fascistoide de la materia, y a pesar de la encendida defensa que de tan etérea disciplina hacía este gobierno totalitario, al circo montado le crecieron los enanos. ¿Cómo que por qué?

 

Zapatero se postuló más ciudadano que nadie al acudir a actos privados en un avión Falcon del Ejército del Aire. Chaves colocaba a sus hermanos y se despedía de su corona virreinal subvencionando a la empresa, de la que su hija es omni-apoderada, con la minucia de 10 millones de euros. Pepiño y Leire. De la Vega y Alonso, se han dejado meter goles entre las piernas. Las fuerzas maléficas de la ciudadanía negra, valiéndose de malas artes, han denunciado por cohecho, amenaza, coacción, fraude, y un largo rosario de presuntos, a unos socialistas de valores recios y arraigados, de cualidades de entrega y abnegación irrepetibles. Vamos, que se han llevado a sus casas el coche y la vivienda públicas, las carreteras e incluso las aguas y el vino.

 

Los maletines han viajado más que el baúl de la Piquer. Los pobres, con lo educados y ciudadanos que son. Tan educados, que podían fundar centros privados de educación para la ciudadanía, como Dickens retrató en su Oliverio Twist.


Lo dicho. Ministros y ministras, no se arredren. Aprendemos valores por un tubo, el catódico. Sólo un favor, aprendan a discernir el valor de lo que se llevan con el desvalor del delito que presupone llevárselo. Diferencien valor de desvalor. Que no es lo mismo.

 

Un saludo.

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