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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LUNES SIN SOL

 

 Y si está nublado, los lunes al sol, que titulaba Fernando León, son menos lunes. En verano, acaso la nube amortigüe los rayos. Y se agradezca. Pero en invierno... Sin sol y en paro, frio sobre hielo. Se avecina el tiempo de los lunes sin sol. Irremisible su llegada.

 

Baste echar un vistazo a lo que nos rodea. Sobre todo al Gobierno de Zarpatero. Ni zarpa ni se cree que lo haga. Atracado al puerto, no sea que sufra el “quien se va a Sevilla pierde la silla”, deja al pueblo en la estacada. Tras la huelga, ni siquiera la esperanza. Más paro, avisa Salgado. Más impuestos, anuncia Blanco. Más de lo mismo, advierte De la Vega. Más de MATSA, amenaza Chaves. Lo dicho. Más que atracado, el barco político está varado. Al fondo de lodo, su quilla se engancha. No hay marea. Ni fuerza motriz. Ni motor externo. Ni vendaval que apoye. Ni draga que limpie.

 

Los lunes al sol no son. Están, ahora, los lunes sin sol. Algún saltimbamqui atraerá la mirada lánguida de los que no ven sino túneles sin fin. A la inversa. Al período rosa sucede, en esta carrera hacia el retroceso, el período azul. Caminamos repitiendo nuestros pasos dados. Avanzamos hacia lo que ya recorrimos. El progreso se mide en número de palabras huecas. Los trabajadores han colocado el retrovisor junto a los ojos cubistas. La ruptura del bienestar ha hecho trizas el porvenir. La descomposición de la figura no es fruto de la genialidad creadora del artista. No. Es el resultado de una pedrada al cristalino. La obra no está rota. Es el ojo el que ve la distorsión. El ojo morado por el seco golpe de la ruina que, lejos de desvanecerse, toma cuerpo y adquiere solidez.

 

La cifra del paro subirá, admite el Desgobierno económico. Ché, y qué hace el político ante esta calamidad. ¿No lo sabés? ¿No lo sabés vos? Suramericanizar España, boludo. Volver al subdesarrollo para partir de cero. Ni jubilados ni pensionistas ni obreros. Parados. Los Kirchner y los Chávez son los nuevos referentes de la clase psoecialista. Lo austral, boreal. Lo boreal, austral. Confusión. Caos.

 

El director de cine va a rodar la semana sin sol. Lunes y viernes. Domingo, lluvia. Aranoa no grita contra la guerra ni condena a la derechona aznarista que tanto odiaba. Calla Aranoa ante la huelga que Zarpatero patrocina y subvenciona. Silencio. No sea, que no llegue la dádiva. Picasso redivivo en azul tendente a gris. Cézanne vuelve a tomar la paleta de Vázquez Díaz para recordarle que hay que esgrimir la brocha como cincel que corta las caras de los mineros y perfila el paisaje de la cuenca. No habrá un Nuevo Mundo redescubierto en La Rábida.

 

Falta el sol. La vida se escapa. Es el desierto que avanza y el Nilo que se retira. Ni sol ni agua. Campos sin fecundar. Vidas yermas. Como el vientre de la Tula de Unamuno.

 

Zapatero, váyase. Permita a este pueblo albergar una chispita de luz. Aunque sea lejana. Rosa de Picasso. España, Huelva, lejana y rosa, de Juan Ramón. Lejana y rosa, decía el moguereño irrepetible. Y difusa. Difusa. Vaga. Imprecisa. Borrosa. Artificial. Como cierta lógica.

 

Lunes sin sol. Qué pena. Qué pena. Tomás, sí; Trinidad, nones.

 

Un saludo.

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