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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL EMBOZO

 

Cubrir el rostro por la parte inferior hasta las narices o los ojos. Eso significa embozar. Camuflar. Embozar es sinónimo de camuflar, de ocultar, de engañar. Disfrazar.

 

El burka es un embozo. Ya religioso, ya cultural, ya social, ya místico, ya bélico. Embozo al cabo. Podríase analizar las causas de su existencia y de su esencia. Sin embargo, no es el caso. No se trata de un estudio histórico o antropológico. Lo que se pretende es centrar el tema en su vertiente de actualidad en España y en otros países de Occidente. Ni siquiera se aludirá a la inmigración como origen del fenómeno. Nada de eso.

 

El burka es una prenda femenina. Se ciñe el embozo a la mujer. Sólo la mujer oculta el rostro. Que por voluntad propia o imposición ajena. Mas la mujer es sujeto portador de la caperuza. El hombre, no. El burka es el cíngulo que abraza la cintura del hábito monjil. El burka es el silicio que lacera los pies del penitente. El burka es la máscara veneciana que se exhibe fuera de las fiestas carnestolendas. El burka es el copago añadido por nacer mujer. El burka es la consagración laica de la fuerza bruta del macho. Sólo para la mujer. La mujer como posesión. La mujer como objeto. La mujer, dependiente, sumisa y silente. La mujer prisionera del hombre dominator.

 

No cabe mentalidad ni religión ni cultura cuando el ser humano es sojuzgado, oprimido o masacrado. El ser humano. La persona igual y libre, respetuosa y respetada. La mujer. No la mujer madre, esposa o hija. La mujer.

 

Libertad y seguridad son valores irrenunciables en cualquier sociedad civilizada y democrática. Los regímenes cesaropapistas convierten a su dios particular en el dios cruel que todo ve y a todos amenaza. Las mujeres han sido las víctimas propiciatorias de esos falsos dioses de masculina apariencia. Son falsos ídolos que pueblan altares en los que sacrifican a los más débiles como aviso de la fuerza de una divinidad execrable. Burka como cárcel. Cárcel como castigo. Castigo como sanción. Sanción al precepto que se ingringe. Infracción. Por ser mujer. No. No cabe.

 

La democracia es la fuerza del pueblo. La soberanía del pueblo se representa en la doble y par corona: la mujer y el hombre. El hombre y la mujer. Pares. Iguales. Burka, para nadie. Cárcel para quien se haga acreedor a ella. Democracia es ley. Ley, para todos igual. Las medias palabras son eslabones que se quitan a la cadena que maltrata a la mujer y más corto la ata. Como las vacilaciones. Como los miedos. Como las imposturas. Burka, no. Que no.

 

Un saludo.

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