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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ESTUPIDEZ O PAPANATISMO

 

O las dos cosas. O delitos peores. A saber. Somos muy dados a meter en el mismo saco a todo el mundo. Así, decimos con toda la tranquilidad que los políticos son una casta perversa, sin diferenciar que en ese colectivo existen miles de personas de actitud intachable. Convenimos en llamar pederastas a los curas y no salvamos a la inmensa mayoría de honorabilidad probada. Descalificamos a los profesores como a una banda que se dedica a suspender injustamente a sus alumnos y a disfrutar de vacaciones interminables. Insultamos a los abogados cuando los clasificamos en la sección de picapleitos sin escrúpulos, por más que muchos de ellos se parten el alma por defender los intereses de sus clientes. Y así hasta paginar todo el listín de profesionales.

 

Nos quedamos tan anchos. La prensa del día recoge en titulares las declaraciones de un sacerdote italiano. El clérigo ha manifestado que las mujeres son, en parte, culpables de la violencia machista porque se han alejado de la virtud.  Sus palabras son, a fuer de desafortunadas e hirientes, irracionales y carentes de un mínimo fundamento lógico. Ese cura, ese, y no otro u otros, es el responsable de tan despiadado discurso.  Cualquier proyección del mismo al corporativo de párrocos constituye un acto mendaz, grotesco y tan reprobable como el del referido señor.

 

Basta un simple examen de conciencia para concluir que nuestras inclinaciones dialécticas atraviesan bajos instintos y despellejamos a los más puros con tal de procurar la ruina de aquellos a los que, de manera puntual o sistemática, aborrecemos por no sé qué extraños motivos. Alguna vez he señalado que en las universidades norteamericanas de mediados del siglo pasado, los sociólogos realizaban determinadas encuestas con la finalidad de determinar el grado de fobia que animaba las actuaciones de sus estudiantes. Al respecto, entre los ítems del test, le preguntaban: ¿a quién colgaría primero, a un homosexual o a un farmacéutico? Muchísimas de las respuestas se respondían con una pregunta: ¿por qué al farmacéutico?

 

Pues eso. Como se ha descubierto que la Iglesia ha protegido a numerosos curas pederastas, algunos estúpidos y/o papanatas evidencian la ridiculez de sus almas y la cerrazón de sus mentes incluyendo a todo el personal de sotana y misa en el gueto de las futuras víctimas candidatas a ser quemadas en la pira levantada por los fundamentalistas. No perciben éstos, en su malsana crianza disfrazada de hipocresía progre, que los sujetos a los que condenan son tan infames como sus verdugos. A unos les falta razón y a otros les sobra maldad.

 

Por dejarlo como comencé, los estúpidos y papanatas no entienden de ideologías, de colores, de sensibilidades ni de orígenes. Se escudan en la defensa de la mujer. Es falso. Las utilizan como coartadas para cortar las cabezas de sus enemigos. Malvados unos, perversos los otros.


Las mujeres no necesitan ni el ataque de los necios ni la defensa de los narices rojas. Ellas mismas son el valor. Pese a unos y a otros.

 

Un saludo.

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