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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL TODO VALE

 

Ojo con el PSOE. Para muchos de sus dirigentes, el poder es una obsesión. De la misma forma que una organización mafiosa persigue sus objetivos sociales, económicos y políticos sin reparar en legalidades, ciertos responsables de este partido lo dirigen como una empresa de alcance estatal en la que hay tantos intereses espurios que no se pueden permitir el lujo de perder el gobierno (donde lo tienen) y utilizan todos los recursos que poseen para obtener el gobierno (donde no lo tienen). ¡Ay de quienes se oponen a la maquinaria psoecialista! ¡Ay de los que osan poner chinitas en su aparato mediático! ¡Ay de cuantos contribuyen, siquiera sea con sus críticas -qué digo ya de sentencias judiciales-, a roer la ambición de esta estirpe tiránica!


El caso Filesa pudo costar la vida a un juez honrado como Marino Barbero. La cacería que abatió a otro juez de raza, como fue Gómez de Liaño, tuvo su origen en su intromisión en la esfera mediática de ese partido. Todo quien se atreva a hacer frente al Imperio psoecialista entra de lleno en el catálogo de bienes a desafectar. Los neoconversos dejaron la gomina de los viejos tiempos para vestir a la usanza de los combatientes de la izquierda antifascista. El poder es el mismo con Franco que sin él. El poder carece de ideología y de escrúpulos. Por el poder, se miente, se acosa, se ofende y se mata.

 

Las expresiones de ciertos personajes públicos revelan hasta qué punto pueden estar afectados por algún tipo de complejo. Desde los "aquilianos" que tienden a ocultar su propia debilidad bajo una máscara de fortaleza, a los "aristotélicos", que dirigen todo su esfuerzo a subrayar la importancia de su función para situarse por encima de quienes les precedieron, pasando por los “cresistas”, que se caracterizan por manifestar una superioridad a base del despilfarro de sus riquezas, que no son suyas.



Zapatero busca granjearse, una vez más, la simpatía de los sindicatos y de la patronal. Como los donjuanes de opereta, busca seducir en tanto es incapaz de convencer. Mover los sentidos, ya que la razón se muestra firme. Lisonjas, subvenciones, promesas, prebendas, son instrumentos ad hoc. Con dinero público que escasea. Emitiendo deuda, que se encarece por días. No hay diálogo, sino coimas o sobornos encubiertos. Adhesiones inquebrantables.


¿Y la justicia? Para Camps o Ripoll, una. Para Bono y asociados, otra. Ley del embudo. Liberticidio. De la mano de Zapatero, el país desintegra su esqueleto moral, arruina su arquitectura territorial y se adentra en el submundo de las economías en quiebra. Mientras, gasta todo lo que tiene. Lo que tiene España. Lo que pagamos los contribuyentes. ZP tira con pólvora del rey. La democracia es ZP. Sólo ZP.


En realidad, todo vale. Todo. Con tal de aferrarse al poder. No descarten nuevas ofensivas antidemocráticas. Las ofensas, ni les cuento. Y las que les contaré.


Un saludo.

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