Blogia
Francisco Velasco. Abogado e historiador

SOCIOPATÍA POLÍTICA

FUNCAS acaba de hacer un vaticinio: España vuelve a la recesión en la segunda mitad de este año. Mientras Zapatero saca pecho y practica la soberbia más desmedida, la Fundación de Cajas de Ahorros limpia la lengua a los profesionales de la mentira. El dato puede sorprender a algunos, pero no a los lectores avisados. En absoluto.

 

El carácter sistémico de la estructura económica mundial comporta una sólida base sustentante y un exigente reparto de los pesos. Como los camiones, la economía tiene una tara y un peso máximo. Si la carga que se agrega al transporte es demasiado pesada, puede ocurrir que el vehículo se estanque, derrengado, y sea incapaz de proseguir su marcha. Lo mismo que ocurriría a una catedral gótica a la que eliminaran sus arbotantes.

 

La crisis que estamos padeciendo proporciona lecciones de economía incluso a quienes jamás administraron un capitalito. Se aprende por necesidad ya que no por virtud. FUNCAS pone de manifiesto una elemental norma de comportamiento doméstico. Por mucha fuerza que se posea, los sobrepesos acaban por romper los riñones más poderosos. Tan sencillo el mensaje, tan ilustrativa la estampa, que sólo si nos faltan dos dedos de frente o un palmo de sensatez, podemos dejar de comprenderlo.

 

Julio nos espera a todos con una batería de problemas. Los empleados públicos accederán a sus vacaciones con salarios mermados. Los pensionistas mirarán la moneda con ojos de pavo navideño. Los trabajadores de la privada se tientan la ropa pendientes del atajo legal que los empresarios pergeñan. El sector hostelero tiembla pese a la canícula que va a caer. Los consumidores atan con velcro los bolsillos para combatir el incremento del IVA. Los emprendedores se fían nada del Gobierno. Lo mismo que la ciudadanía toda. El temor al por venir se apodera de ricos y de pobres. Aquéllos temen el desastre y hacen circular sus capitales por territorios foráneos. Éstos se arraciman en torno al subsuelo de la loseta del dormitorio. Los subsidios animan el sobrepeso.

 

Se ingresa poco y se carga mucho. El crack se adivina. La fábrica frena la producción. Los precios enflaquecen. Deflación. Deflación más paro. Recesión. Más déficit. Solvencia en retirada y liquidez a la desbandada.


Quién pone el cascabel al gato. El camión es antiguo. Más parece una de las camionetas destartaladas que atravesaban las polvorientas carreteras provinciales de la España de los cincuenta. Demasiados pasajeros y exceso de equipaje. Ruedas estrechas y poco infladas. Del pinchazo a las llantas. De éstas al piso. No se avanza. Qué esperaban. Parálisis total. El Gobernante no sabe. Y como no sabe, ni puede ni quiere aprender. Sin embargo, se cree lo contrario. Sociopatía política se llama eso. Desconfianza, lo que responde a la llamada.

 

Un saludo.

0 comentarios