APEADERO
La Real Academia define el apeadero como el sitio de la vía preparado para el servicio público, pero sin apartadero ni los demás accesorios de una estación. Apeadero. La estación que diseñara Calatrava para ser término y partida de la Huelva del AVE, se va a quedar en un apeadero.
Entonces, qué pasa con las campañas orquestadas y difundidas por la defenestrada Magdalena Álvarez y el emergente José Blanco. Pasa que han mentido. Una vez más. Y van. Como con el Aeropuerto, la Nacional a Badajoz, el Banco de España o los puentes a Punta Umbría.
La Huelva del abandonismo fue, otrora, factoría; después, colonia; hoy, apeadero. Es el sino de la ciudad y de los onubenses. Tierra de paso. Parada y fonda. Nudo de frustraciones y nido de golfantes. Fenicia y tartésica, romana y árabe, todos los pueblos hollaron el territorio y humillaron a sus habitantes. Todos esquilmaron nuestra riqueza y arruinaron nuestra identidad.
La Huelva contaminada que perturbara el Polo franquista es, hoy, la Onuba desconsolada que muere víctima de su historia irredenta. La neomudéjar estación de Sevilla se jacta, en su largo centenario, de su categoría artística y de su dimensión arquitectónica. La Restauración coliderada por Alfonso XII la materializó. Signo de los tiempos. La Transición que entronizó a Juan Carlos I la mitifica. Tiempo de signos. La estación de Sevilla es el mito. El apeadero es la pesadilla. La democracia que nos brinda el PSOE en escudilla de madera desvencijada, trata al ciudadano como súbdito.
Si la llaga no fuera estigma y si el infortunio no causare suficiente pesadumbre, la mano que lacera, el puño que golpea, la rosa que pincha, se ensañan en su crueldad y de su mentira propia quieren hacer verdad infame. El AVE llegará a Huelva cuando el PP realoje a los vecinos de Las Metas, declara Mario Jiménez en uno de sus más insidiosos alardes de mentira a granel. La coartada de que la estación sea un apeadero es el realojo. Se necesita ser desalmado.
El AVE no vendrá a Huelva. Nunca. Ni de Huelva tomará camino de Faro. Jamás. Huelva dejará de ser estación término. Los psoecialistas la han degradado a apeadero de aldea. Las marismas del fosfoyeso son el apeadero en el que dejaron su conciencia para subir al tren del poder. Del poder no se apean. A menos que los onubenses votemos. Soberanos por una vez. Estación.
Un saludo.
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