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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LOS REYES MALOS DEL CUBATA IRANÍ


 Yáñez no entra en Cuba. Porque no le da la gana al rey Fidel. Regresando, que es gerundio. Castro dice que no. En Cuba entra quien Fidel diga. Y de Cuba sale el que puede. No el que quiera. El que puede. Yáñez es español. Diputado del PSOE. Quasi correligionario del dictador cubano. Así y todo, no entra. ¿Y qué dice Zapatero? No sabe. No contesta. ¿Y Moratinos? Contesta pero no sabe qué decir. Ridículos. Ambos dos. Ridículos y grotescos. Como toda la política exterior de este gabinete friki. Pues anda que la interior. De lujo faisán.

 Lo de Cuba libre derivó en cubata. Cubata de ron. Cola en ron. Ron de cola. Cubata. La libertad se disolvió en el ron. Se esfumó la libertad en el fuego de la revolución. De una dictadura de derechas a una tiranía de izquierdas. De un Batista de Corleone a un Fidel de mujaidines. Libertad con ira e Ira sin libertad. Los revolucionarios de Cuba, como los de Irán, se dicen socialistas. Socialistas de La Social. La social de la policía franquista. La social del tribunal de orden público.

 Con Yáñez, de su órbita, hace esto. ¿Qué no hará con los de Aznar? ¿Cómo tratará a los disidentes? Moratinos, mutis por el foro. Zapatero ni siquiera entra en escena. Yáñez, a la calle. El Parlamento de Europa, en fuera de juego. El presidente semestral Zapatero, mareadito de la rotación. No se quiere ni enterar, ye, ye. La culpa, de Rajoy. Yáñez se beberá su cubata en La Moncloa. Si no, agua. Todo el agua del Caribe para Yáñez y para Moratinos. Menudo cachondeo se traen los de Fidel Chávez. Pues los de Hugo Castro. No juegue con los nombres, articulista, que los carga el diablo.

 Entonces, serán Fidel Ahmadineyad y Mahmud Castro. Camino peligroso el del puzzle de palabras. Peligroso. Además, Fidel es de izquierdas y el rey Mahmud, de derechas. Cierto. Pero los reyezuelos extremos se tocan. ¿En qué? En los mismos puntos de conexión de todos los totalitaristas del mundo. Es decir, en el fundamentalismo, en la dictadura, en el desprecio a los derechos humanos, en la eliminación de las libertades, en la ausencia de garantías constitucionales, en la represión más cruel, en la opresión más sanguinaria. El fascismo no tiene ideología. La libertad, sí. La libertad es el agua de la democracia. Democracia republicana o democracia monárquica. No da igual pero respiran el mismo aire. Aire sin rejas.

 Los extremos se tocan. Tal vez por eso, los paños calientes de Moncloa o la política blandengue de Moratinos o el claudicante "laissez faire" de Zapatero. En España, articulista, hay libertades. Las hay, sí señor, pero cada vez más atenuadas, más difusas, más cubatadas. El que se mueva, no sale en la foto, advertía Alfonso Guerra. Ya entonces se le veían maneras de manipulador al ex de Felipe. Lo que no podía entreverar el eterno diputado socialista es la altura liberticida de sus discípulos. Era fácil. Comprueben cómo Chávez, el venezolano, se encarama al árbol castrista y cómo Chaves, el andaluz, se cae del arbol del paraíso del paro.

 Reyes malos. De Cuba libre, poco. De cubatas, lo que quieran. Cubatas sin cola. Cubatas iraníes. Que se los beba Moratinos. España, libre. Muy libre.

 Un saludo.

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