CONCEPCIÓN
¿Con cuál se quedan? ¿Con la de Murillo? ¿Acaso la de Ribera? ¿Tal vez la de Zurbarán? ¿La Inmaculada de Pacheco? ¿Mejor la de Alonso Cano? ¿Puede que la de Montañés? ¿Es la de Velázquez? La Concepción hecha dogma y la Inmaculada hecha arte. La Inmaculada Concepción, fruto de la cultura de un pueblo, de la religiosidad de unos hombres y de la fe de una sociedad. En realidad, no es sino la madre. La madre.
La madre como mujer y la mujer como madre. Madre que ama y que sufre. Madre limpia como todas las madres. No es Inma ni Macu ni Conchi. Es concepción. Es concebir. Es engendrar. Es dar vida. Es proyectar. Es intuir. Es forjar.
La madre que nos parió hecha imagen. La mujer que hizo de la concepción, concepto y del concepto, fruto. La madre que, estrella, prefiere el anonimato. La madre que nunca será perpetuada por la mano maestra del artista eterno. La madre.
En esta sociedad española, mariana de creyentes y mariana de ateos, la Concepción es el icono por antonomasia. Es la Virgen madre. La madre virgen porque la madre nunca tiene tacha. Mi respeto a la mujer que no puede/quiere ser madre. Mi pena por ella porque jamás podrá sentir la grandeza única de la maternidad. Mi afecto hacia ella porque en su seno tiene la pena. Concepción. Siempre inmaculada. Inmaculada, siempre Concepción.
"Un hombre hace lo que puede, una mujer hace lo que el hombre no puede" (Isabel Allende). Ocho de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción. Día de la madre.
Un saludo.
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