PARO PARÓN
Destrucción de empleo, consumo menguante. La deslocalización de las empresas se proclama solución de paso para resolver dicho comportamiento. Solución de paso que halla su dudosa legitimidad en ubicar la fábrica allá donde la regulación laboral permita salarios miserables mientras se desplaza el producto a lugares en que los consumidores aprovechan el boom de unos precios desmesuradamente bajos. Ojo.
Si nos detenemos en el problema industrial de Huelva, tendríamos que llegar a una conclusión terrorífica: todavía no se ha producido la huida del dinero a países del Magreb. Todavía. Sin embargo, el futuro nos depara una realidad muy oscura. Lo que no han conseguido los ecologistas, lo va a lograr la crisis económica. El desmantelamiento del Polo químico está cada vez más cercano. Los parches subvencionadores de la Junta de Andalucía demoran unos meses el curso de los acontecimientos. Ninguna empresa puede sobrevivir en un mundo en el que la competitividad no sea soberana y en el que la prospectiva no marque el camino a seguir. El paro que sepulta a Huelva, como a España toda, avanza y arrolla. No nos engañemos.
El mercado de consumo se desintegra y el mercado laboral busca lares más o menos lejanos. La economía financiera viene ocultando el rostro verdadero de la economía real. Mas no será por mucho tiempo. Las entidades bancarias están viviendo peligrosamente. Los intentos alcistas de la bolsa revelan más voluntad que capacidad. La tarjeta de plástico muerde las telas de araña de los cajeros.
El Gobierno de Zapatero podrá negar y renegar. Solbes y sus sucesores adoctrinarán sobre brotes verdes de fantasía y rojos de vergüenza. La crisis no es transitoria. La empresa pública malgasta inicuamente sus inversiones mientras la privada se golpea el rostro ante el muro granítico de un mercado que desconfía de la rapiña de algunos de sus dirigentes. Mientras, los sindicatos se sumen en la cantarina fuente de la corrupción más abyecta. Las reivindicaciones sindicales ante el declive industrial onubense son tan eficaces como una Isabel Preysler pidiendo limosna a la puerta del Ritz. Los trabajadores sí saben, ya sí saben, que comisionistas y ugetistas chupan, a ubres semivacías, de la vaca gubernamental. El Gobierno maltrata a esa vaca que, en suma, es propiedad del Estado.
De la crisis no se sale con Zapatero. La crisis no es una entelequia, don José Luis. El paro en España es un pedrusco en el que no se puede apoyar palanca de regeneración económica alguna. Vd. ha fortalecido un paro parón. En Parón (Perú), los campesinos se han rebelado contra la multinacional Duke Energy que amenaza con dejar seca su laguna con tal de beneficiarse de la producción de energía hidroeléctrica. Se han rebelado. En España, no. En España, los trabajadores y los parados no ponemos pie en pared ni, mucho menos, gestionamos el parón al paro que nos devora. A todos.
En Calera de León (Badajoz), el monasterio de Tentudía representa la fuerza de la fe. La fe se revela en la Biblia. En el libro sagrado, se lee "Entonces Josué habló a Jehová (...) y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón, y tú, Luna, en el valle de Ajalón". Fe que mueve montañas. Contra el paro parón, me temo que hará falta, además de fe, un Josué o un Pelay Pérez Correa. Vade retro Zapatero.
Un saludo.
Si nos detenemos en el problema industrial de Huelva, tendríamos que llegar a una conclusión terrorífica: todavía no se ha producido la huida del dinero a países del Magreb. Todavía. Sin embargo, el futuro nos depara una realidad muy oscura. Lo que no han conseguido los ecologistas, lo va a lograr la crisis económica. El desmantelamiento del Polo químico está cada vez más cercano. Los parches subvencionadores de la Junta de Andalucía demoran unos meses el curso de los acontecimientos. Ninguna empresa puede sobrevivir en un mundo en el que la competitividad no sea soberana y en el que la prospectiva no marque el camino a seguir. El paro que sepulta a Huelva, como a España toda, avanza y arrolla. No nos engañemos.
El mercado de consumo se desintegra y el mercado laboral busca lares más o menos lejanos. La economía financiera viene ocultando el rostro verdadero de la economía real. Mas no será por mucho tiempo. Las entidades bancarias están viviendo peligrosamente. Los intentos alcistas de la bolsa revelan más voluntad que capacidad. La tarjeta de plástico muerde las telas de araña de los cajeros.
El Gobierno de Zapatero podrá negar y renegar. Solbes y sus sucesores adoctrinarán sobre brotes verdes de fantasía y rojos de vergüenza. La crisis no es transitoria. La empresa pública malgasta inicuamente sus inversiones mientras la privada se golpea el rostro ante el muro granítico de un mercado que desconfía de la rapiña de algunos de sus dirigentes. Mientras, los sindicatos se sumen en la cantarina fuente de la corrupción más abyecta. Las reivindicaciones sindicales ante el declive industrial onubense son tan eficaces como una Isabel Preysler pidiendo limosna a la puerta del Ritz. Los trabajadores sí saben, ya sí saben, que comisionistas y ugetistas chupan, a ubres semivacías, de la vaca gubernamental. El Gobierno maltrata a esa vaca que, en suma, es propiedad del Estado.
De la crisis no se sale con Zapatero. La crisis no es una entelequia, don José Luis. El paro en España es un pedrusco en el que no se puede apoyar palanca de regeneración económica alguna. Vd. ha fortalecido un paro parón. En Parón (Perú), los campesinos se han rebelado contra la multinacional Duke Energy que amenaza con dejar seca su laguna con tal de beneficiarse de la producción de energía hidroeléctrica. Se han rebelado. En España, no. En España, los trabajadores y los parados no ponemos pie en pared ni, mucho menos, gestionamos el parón al paro que nos devora. A todos.
En Calera de León (Badajoz), el monasterio de Tentudía representa la fuerza de la fe. La fe se revela en la Biblia. En el libro sagrado, se lee "Entonces Josué habló a Jehová (...) y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón, y tú, Luna, en el valle de Ajalón". Fe que mueve montañas. Contra el paro parón, me temo que hará falta, además de fe, un Josué o un Pelay Pérez Correa. Vade retro Zapatero.
Un saludo.
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